24 de diciembre de 2010

La Tecnología permite una Película

ACTO I

Versos mágicos se abren entre nosotros
Recalca la distancia
Resalta nuestros colores
Yo negro, vos cromática

Yo contundente, vos filosa
Las garras de un minino
La espesura de un pelaje
Yo lobo, vos tigresa (naranja orgánica)


ACTO II

¿Quién hubiera predicho nuestra unión?
Todos, claramente, sin discreción
Indiscreción la nuestra
¿Igualmente ansiabamos lo mismo?
¡Qué sintonía!


ACTO III

Había deambulado actuando esa obra
Esa manga de escenas incongruentes
Fantasías en mi cabeza
Torbellino de colores enfermizos

Yo, director de mi propia tragedia
De tan trágica no era más que comedia
Comedia barata de moneda devaluada

No explicaba el homo_sapiens_sapiens_a
Tu súbita entrada en escena
Vestías una gorrita ladeada
Un cono enguantaba tu mano
Una canchera contorsión de músculos en tu cara


ACTO IV

Subiste al escenario
Cayó el empapelado
Igniciaron los cortinados
Me perdí el caos por culpa de tus ojos
Tus anteojos enmarcando tu belleza

Me abrazaste con mis brazos
Me prestaste tu torso para ese abrazo
Me refrescaste el espíritu polvoriento
Me amigaste con el poltergeist de mi cabezotea


ACTO V

Y te fuiste
El motor de un micro reverberó entre pastizales
Horas de pasto y asfalto pronunciaron versos mágicos
Un leve ajuste de señal, color digital
La tecnología permitiría una película

Yo soy negro
Todos los cromos
de tu luz absorbo
Vos siempre a mi lado

Hasta el hastío proyectaré esta película
Hasta el hastioso final de enero
El final en el principio, qué cíclico
Hasta que te desvistas esas prendas ultra-violetas
y se vaya el son-infra-rojo de tu piel

y yo te vuelva a ver

18 de diciembre de 2010

¿Dónde consigo Gafas Verdes?

Es un sueño, sepanlo antes que termine este relato, sepanlo cuando comienza. Sepan que caminabamos ajenos a nuestra realidad; hablo del sueño, claro. No habían razones de ser, sí habían razones de ser que no eran las que suelen ser ¿Por qué, por qué caminábamos, de dónde veníamos? Y a dónde vamos es una pregunta que no ha de plantearse, cuando lleguemos sabremos. Lo que tienen los sueños también es que nunca llegues.
Aquí no sé si llegamos a donde estuvieramos yendo pero sí nos paramos en un aparente medio de nuestro andar.  Me puse unas gafas verdes y no recuerdo haber visto todo color de verde, sino verme enmarcado en verde. Yo era para ella, me calzaba el verde para ella, con la apariencia la sujetaba, me la adueñaba. Ella estaba ahí para mí en el medio de todo.
Sobre la vereda, pues la calle es para los autos, pero olviden que hubieran autos porque no los hubo en ese sueño. No hubo estrépito alguno y apenas tal vez sonaron nuestras voces en las mentes del otro. Fue por esos momentos que me puse las gafas y puede que estuviera a punto de pronunciarme en palabras cuando...
...despertó. Ella despertó de su sueño. Yo aún no la soñé, será que no puedo dormir en su ausencia.

16 de diciembre de 2010

Retrato / Cuadro / Pintura

Da vueltas dentro de un salón cuyas paredes sostienen retratos de mentes. No está solo pero nadie está con él. El salón es amplio y todos conversan con alguno, de pie sobre artísticas cuadrículas. Pero las mentes aplastadas contra las paredes son, por lejos, más interesantes que esos burdos diseños en el suelo.
Él contempla esos cuadros, con algo de miedo, pero firme y orgulloso. Los cuadros tienen profundidad, profundidad que amenaza con engullirlo. Los cuadros, sólo algunos, tienen caras; y esas caras, si bien no directamente, tienen cuerpos. Siente él que pronto lo descuartizarán.
Pero se pasea orgulloso de todos modos. Nadie lo acompaña y nadie reconocerá que lo hayan absorbido las pinturas. Muchos de los allí presentes ni registran los cuadros, demasiado abocados a las charlas que sostienen. Quizás estos tantos eligieran ese espacio cargado de profundas magias para envolver sus conversaciones, para tener una iluminación que resalte las palabras. Pero este efecto se pierde en la ignorancia.
Él se pasea orgulloso de todos modos. Entre algunos pocos, él pasa, algunos pocos que se aglomeran a ver las pinturas con cuatro, seis, ocho ojos pseudo-críticos. En la compañía se resguardan de la amenaza de esas pinturas.
Algo ralentiza su paso que no pierde firmeza. Algo semejante a la piel de esos cuadros, corteza de esas mentes. En la distensión del tiempo, los cuadros se presentan a sus ojos más amplios, si era posible. Distingue los elementos que los componen, que no eran árboles en praderas, ni familias aristocráticas, sino tal vez almas.
Cada pie pisa fuerte, separándose en tiempo más que en espacio. Todos los presentes se desdibujan, quizás se hubieran retirado instantes antes y ahora el reconoce esas ausencias mediante la transfiguración de rostros y cuerpos. Ahora absorto en este nuevo cuadro parecen ya no existir aquellas amenazas enmarcadas. Las irreconocibles figuras ya no son presencias junto a él, sin embargo, se siente más acompañado. Este sentimiento difícilmente sea agradable ¿Qué ocurrió? Flamean esos seres a su alrededor, dirigiendo a él sus rostros sin gesto, o con todos los gestos amorfamente fundidos.
¿Qué ocurrió? Él ya no avanza pero continúan las traslaciones de todo. Una danza entorno a él, una danza de rojizas tonalidades. Tonalidades que recordarían atardeceres si no fuera por su intensidad. La intensidad propia de flamas, de ardores ¿Qué ocurrió? ¿Qué ocurre?

12 de diciembre de 2010

Estamos invitados a tomar el T

Serás una chica inocencia
preguntando absurdeces
por el placer que da
obligar al mundo a contestar

No seré un gato evanescente
por mucho que lo desee
porque me enloqueció
el polvillo de mi sobrero
...vieja herencia


En la espera te recibo
El té está listo
Será que te tenga a mi merced
o acaso me domine tu inocencia

Imponente potente inocencia
brillando como una medialuna
sobre tu cabeza
sonrisa sonora que me infecta
...la locura


Me siento pesadamente grande
¿Será la copa de mi sombrero
o la copa en mis manos
o un pastelito que me dieras a comer?

Todavía y sin remedio
pequeña niña me dominás
Tu sonrisa sabe de qué habla
y esos ojos contienen mundos
...en su mirada

19 de noviembre de 2010

Un Lenguaje Distinto

Cuando estamos así, parece que hubiera un silencio. Pero la verdad es que no queremos parar de hablar y es por eso que estamos así, así recostados sobre el otro. Esa cercanía que se logró después de algún intercambio verbal con treinta centímetros de aire entre nosotros, esa cercanía aún vencida por el contacto de nuestros cuerpos es toda la comunicación que hace falta. Y es mucha comunicación, es la transmisión de secretos que las palabras aún no logran codificar. Por eso algunos ignorantes dirían, sin dejar de apreciar la escena, que estamos en silencio. Pero no, no paramos de hablarnos y decirnos esas lógicas incoherencias que deriven del cariño mágico que compartimos. Un cariño que quién puede explicar sino con burdos "amor-a-primera-vista". Yo sé que no es amor a primera vista, confío en que estés de acuerdo conmigo. No puedo llamarle amor a nada de lo que haya habido cuando oí de vos por primera vez o cuando te vi ahí por primera vez, aunque para cuando te vi ya parecía conocerte. Tampoco podría decir, aunque aquí mi conocimiento se ve interferido por mi voluntad, si lo que compartimos ahora es amor. Al encontrarte, al comenzarte a conocer, al recibirte en mi vida e invadir la tuya, eramos pura incertidumbre e ignorancia. Quizás sin tanta ignorancia ya, pero la incertidumbre se mantiene en igual magnitud. Pareciera que hayamos creado certezas, certidumbres, porque haberlas, las hay, y las tenemos; pero no importa cuanto aumenten en cantidad, la incertidumbre del principio se mantiene intacta, impertérrita. No, no había amor, esa cosa tan fuerte. Habían montones de guijarros en nuestras almas estoy seguro, y a asombrosa velocidad los juntamos y comenzamos a dar forma y transmutar este sentimiento que parece mutuo y cuya mutualidad se ve obligada a sortear el espacio que es tanto entre nosotros. Porque mientras vos estás allá, yo estoy acá, y es el mundo entero entre nosotros. Sí, eso es lo que ocurre, nos encontramos de pie en polos opuestos del mundo y ejercemos esa maravillosa mágia de la naturaleza que es la gravedad entre nosotros. Esa fuerza que se propone llevarme a vos me tiene aplastado contra el planeta. Lo haría estallar para que nada hubiera interpuesto, lo haría estallar y al cuerno con todo lo que hubiera en él. Pero lo pienso bien y entiendo, en él estás vos, y quizás también yo. Te deseo de nuevo entre mis brazos, recostada, aunque sea sobre la humedad del pasto entre la polusión de la puta egoísta ciudad. Te quiero a vos a pesar de la distancia, a pesar del tiempo, a pesar de tu silencio, a pesar de mi estridencia. A pesar de mi cuerpo que se abraza al frío de las baldozas de su casa porque no puede sostenerse en pie si no es para sostener la calidez de tu torzo en brazos. Quiero maldecir y mandar todo al carajo, quiero ser garras y monstruosidad, quiero reconocerme lo que siempre fui hasta antes de conocerte, quiero esas barbaridades mientras no te tengo porque nada más tiene sentido. El cariño y el deseo que siento por vos son un amor tan grande que no caben en mí.

4 de noviembre de 2010

θέατρον

En el escenario, hay sola y solamente, un par de brazos sobre rodillas, un par de piernas cruzadas. La piel suave sonríe desde los huesos al público. No podemos eludirnos del embelesamiento que provoca, sola ahí, mirando fijo a todos sorprendentemente. Porque vos consultas con la mirada a los demás, y por mi parte te lo confirmo, creí haber sido confirmado por otros quienes imagino te habrán confirmado. Que, en efecto, todos nos sentimos pertinentes a esa mirada panorámica. En su cara no hay sonrisa, y menos mal, esos ojos por sí solos son demasiado blancos. Y esa tersa piel tan ajustada a los huesos, como ya dije, es una sonrisa en si misma ¿A esto vinimos? Ya olvidamos la instancia previa a entrar y vagamente tenemos la certeza de habernos introducido en este salón. Pero está claro que aquí estamos, sentados tal vez, todos mirando a ese ser, que sin duda alguna es mujer. Y ella, sí, ella, no hace más que estar ahí claramente sentada cruzada de piernas, cruzada de ideas, cruzados los dedos en el anverso de la rodilla. No los dedos, sino los huesos de los dedos. Y es una completa incógnita tanto si las costillas no se estarán cruzando, jugando a comportarse sin que nadie lo sepa. Y, si a ello juegan, han de estarlo haciendo muy bien, ya ni vos ni yo ni ningún otro de nosotros es capaz de discernirlo. Fuera alguno de estos susodichos y nombrados sujetos capaz de discernir, de paso sea, qué motiva a esta maravillosa criatura a permanecer en la más absoluta de las parálisis. No creo que alcancen las miradas para comunicarlo. Pero no dejo de sentirme observado ¿Lo dejás vos de sentir? Verdad que no. Creo ver en todos nosotros esa misma perturbación, casi como si fuera simultanea. Empiezo a sospechar, empiezo a temer, que nada fuera nunca ni aún en un principio anterior al que nos origina, como lo venía yo creyendo en oraciones previas a la que ahora pronuncio. Me empieza a embargar un miedo que sería irracional sino fuera porque tiene una razón de ser y, si estás sintiendo un miedo e ignorás su razón, quizás coincidamos en ambos. Acaso no estemos nosotros observándola y no esté ella montando un espectáculo ante nuestros ojos, sino seamos nosotros; vos, yo y todos los aquí presentes, quizás incluso con sus sentimientos y temores, sus pasados y sus potenciales sucesiones; una farsa, o una muy cierta ficción. Si es así ¿qué esperamos para actuar? ¿Y qué es lo que hay que actuar? ¿Qué vino ella a observar? Recordá, recordá, que todo este tiempo se mostró cómoda y divertida y alegre e interesada en nosotros ¿Qué hacíamos? y ¿cómo lo podemos seguir haciendo?

8 de octubre de 2010

Esta es mi mente

He ido y vuelto. Si detengo mis vueltas, los fantasmas comenzarán a rondarme. No estoy loco, en absoluto, estoy más cuerdo que todos ustedes si hasta soy capaz de verlos. Me revuelven el estómago mientras yazgo en cama esperando dejar mi cuerpo en paz. Pero cómo dejarlo en paz con esas presencias de siempres dominándome, reduciéndome, restringiendo mi voluntad a sí misma. He de elegir si someterme a su gravedad o erigir la mía propia deambulando por los pasillos de mi casa. Contemplé la posibilidad de escapar por la fibrosidad de hojas rayadas con la magia de la delicada vertiente de sangre azul. Pero me sentí incapaz de concretar tal idea. Traté como fuera de evitar el mecanismo electrónico al cual estoy recurriendo pues es frío y enfría mi vorágine. Los espectros aún están cerca, como si me hubieran visto dejar esta habitación y esperado mi regreso con total convicción. Parecen esperar que se apaguen las luces y se recueste mi cuerpo. He sentido el contacto frío de sus ultradimensionales extremidades, como una viscosidad gaseosa. Nacen del pasado para lanzar mis pensamientos hacia futuros inexistentes. Y cual lanza mi cerebro mutilado se clava nomás en suelos fantasiosos, atraviesan compañías que nunca hubieron, presencias pendientes en la agenda cósmica de los devenires. Cierta inmaterialidad presente y la memoria de algunas materialidades se confunden, se co-funden diría yo, en ese espacio virtuoso de mi mente. Espacio que parece ubicarse dentro de mi cavidad craneana pero que sin embargo tiene la extensión del infinito y más aún. Y en ese tiempo que escapé de este habitáculo probé mi identidad en una suerte de papel. Y descubrí que soy cuatro infinitos. Y deliré que esos cuatro infinitos se corresponden con cuatro elementos fundamentales. Y a su vez estos elementos se correspondían con cuatro puntos cardinales. Y temí que yo fuera más de lo que creía. Pero el temor no duro sino hasta que levanté la mirada y contemple la solidez y sequedad de las paredes de mi hogar. Levanté mi carne con mis huesos y escenifiqué en las baldosas de mi hogar otro lugar, y en el actué un baile, interpreté una obra que honraba la magnificencia de esas malditas paredes. Me imaginé y me deseé transmitiendo ese mundo de significados a tantos otros, tantos que apreciarían tal conocimiento si tan sólo pudieran creer en su existencia. Pero sin creer no se puede ver ni lo que esté ante los ojos, bajo las narices, sobre el suelo a nuestros pies. Cómo creer lo que no sentimos en esa nebulosa sideral que es nuestra alma. La sideralidad misma que traé a mí los crueles espejismos de este tiempo recurrido, los De-Javú’s ¿Cómo pude vivir lejos de todo esto alguna vez? ¿Cómo puedo salirme de esto para vivir de nuevo? El espacio eterno y el tiempo infinito me están tragando, me degluten, y siento los potentes músculos de sus esófagos combinados comprimiéndome y empujandome a la fosa de la perdición, donde mi materialidad será digerida y mi espíritu será absorbido por el todo que me pario, por la energía absoluta a la que siempre pertenecí. A la que todos pertenecemos, donde están todos los que alguna vez fueron. Y ahí no van a importar las ideas pues habrán sólo verdades. Y no importará si alguna vez quisiste resolver diferencias con el exterminio. Pero no, no me quiero dejar tragar. Tengo que terminar esta vida, que dijeron que es un libro abierto que no he de cerrar hasta que haya terminado. Pero no es un libro, es una condenada biblioteca de libros desordenados con capítulos que se continuan en otros libros para retomar su discursión en estos libros inconclusos de leer. Ah, es todo un viaje pensar, un viaje que no aparenta retorno pero que forzosamente y contra toda prevención y voluntad nos trae de regreso cuando la carne arde de frío en ausencia de su alma. Y no parece traerme a mi habitáculo, mi espacio de habitación, sino a una sala de infinitas puertas que nunca se abriran, que están de adorno, que ni goznes tienen. Con una mesa en medio, no cuadrada ni redonda, sino un perfecto polígono con un lado encarando a cada una de esas repudiables puertas. Y mientras la luz pierde su brumosidad, o mis propios ojos logran hacer foco en torno, una música comienza a sonar con claridad, una melodía que parece caprichosa pero tierna y suave como la infancia, una melodía que deja entrever en las paredes ese infinito que se empecina en no abandonarme. Y, sobre la mesa ante mí, hay una taza. Y, aunque no me guste el té, es de peperina. Y no estoy solo.

8 de septiembre de 2010

Caminando

Envuelto en un manto gastado
nadie aprecia esa presencia
Sólo el asfalto siente la presión
de esos pies de plomo


La brisa es capaz de esfumarlo
La luz es capaz de apagarlo
Una mirada lo desaparece
Una voz lo calla


Escucha disparos bélicos
Palpa piel sedosa
Ve una película que jamás vivirá
Enajenado de las calles
Apropiado por las calles
Ajeno a sí mismo


Encuadernaciones duras
Blandos celuloides
Papel, tinta y parlantes desconados
Para definir "vida"
te cambia de tema


Lo rodean fantasmas
de pasados impropios
de futuros pornovenir
de todo aquello carente de extensión


Su voz se vaporiza en el frío
Su cuerpo constantemente crespado
Siente una amenaza latente
el único abrazo que conoce


Sus ojos flamean
Sus extremidades tensan
Sus colmillos destellan
cuando son muchos a su alrededor
y su aura es succionada
consumida


Es incapaz de amar
salvo en soledad
donde ese monstruo se amansa
y somete
a la voluntad de uno
sólo uno
Uno para él, él para uno
y así con todos

16 de julio de 2010

Donde soy sin estar / cuando estoy sin ser

Me miran
Me dibujan
Las estrellas

Esto es el mundo
Yo
La oscuridad
Una colina

El romance al que me lleva la mente
Las estrellas lloviéndome
Todo aconteciendo
y yo de espectador

Siento que fue en vano
escapé del libro y estoy paralizado
Quiero tocarla con solo estirarme
Pero ella está lejos
Lejos como esas estrellas

Y esto no es una colina
Es el techo de una gastada casa

Y esas no son estrellas
Las nubes no lo permiten

Esos son mis ojos
Ese es mi brazo estirado
queriendo tocarla
Pero ella no existe

Y ese podrido techo
recuerda una musgosa colina
Y yo ahí
ahí es donde me dibujé

Pero ese no soy yo
Y ella está acá al lado
Aunque no existe
Las nubes no lo permiten
Estoy muy lejos para verme





Esta canción... quizás no tenga nada que ver
Kill each other/Live forever de Scars on Broadway

28 de junio de 2010

Sombra del Día

Afilados colmillos chorreaban baba. Blancas garras ennegrecidas se aferraban a la mampostería. Mientras, la gente pasaba a la luz del sol que no alcanzara su reseca piel. Tejidos de pieles de tela colgando de fardos de carne veía el monstruo moverse ante sí. Hombres y mujeres, débiles, consumidos por sus propias vidas, pasaban ante la criatura.
Hombres fuertes, de forma definida, poderosos, le veían caer. Veían extremidades puntiagudas, recordaban la hoz de la parca, los colmillos de cerbero. Sentían el alma desgarrar la espalda en su afán por huir. La criatura había caído ante y sobre ellos. Luego, el sol y sus destellos los abandonaba. Más tarde ellos morían descuartizados.
Mujeres delicadas, de variadas curvas, voluptuosas, le veían caer. Reconocían su objeto sexual, vestido de traje con ojos lechosos, con marcados senos o pectorales según fuera el deseo al que respondía. Y ellas sentían el alma recorrer todo el cuerpo en su afán por percibir la seductora realidad toda. La bestia había caído ante y sobre ellas, siendo el sol que las iluminaría. Entonces ellas morían engullidas.
Tranquilamente, sin poder ser visto por ojos que no tenían interés en ver, volvía a su guarida, un rincón en cualquier fachada de cualquier poblado y cuando sea. Sólo era necesaria una sombra de día que lo cobije.



17 de noviembre de 2009

31 de mayo de 2010

La Estereotipadora: Rojo es un Color


Hay una tierra
allá lejos
que siempre ha dicho
el rojo es el infierno

Queridos amigos
el rojo
es un color

Aquella tierra era de gente
gente peleadora que peleaba con gente
Hijos de reyes debían ser
Pues parecían creer
que a su sangra azul la iban a ver


Dejando el absurdo rimeo
Ellos han actuado de ejemplo
para el resto del mundo
el cual es bastante extenso

En una tierra
acullá lejos
enarbolaron bandera roja
y ese lugar fue un infierno

Queridos amigos
el rojo
sólo es un color

Por allí eran los rojos
adoptaron abruptamente un comportamiento social
que no soy quien para contar
pero algo anduvo mal
y fue todo caótico
y las calles pintáronse de rojo


Allá lejos
había una máquina futurista
la "estereotipadora"
el rojo no tiene corazón

Aquí allá y acullá
El rojo tiñó las caras de la ira
El rojo tiñó las caras de la vergüenza
Pero se equivocan
si pintan al amor de rosa

Queridos amigos
El rojo
Es sólo la mínima refracción de la luz que somos capaces de ver

Por doquier el amor es ROJO
A los pigmentados de negro
A los pigmentados de marrones
A los despigmentados
Les corre sangre ROJA


La lava que nos consume
es roja
El sol que nos da vida
es rojo

El amor nos tiñe
de rojo por dentro
El odio nos tiñe
de rojo por fuera

A primera vista
los errores son iguales a cualquier acierto
ROJO no significa nada
más que
el modo
en que
impactan
fotones
en tus
ojos

18 de mayo de 2010

Detrás de las noches

Acompáñense con White Shadow del segundo álbum solista de Peter Gabriel:

Envuelto en el terciopelo de la noche
No hay frío que valga
Siento por todo mi cuerpo
El candor de miles de objetos poéticos

Y pequeños destellos
Me hacen alucinar soledad
Durante los destellos
Estoy rodeado de realidad
Frío, solo y duro

El tiempo infinito es contenido por mí
Lo abrazo con toda mi carne
El espacio limitado se extiende demasiado
Y siento que viajo constantemente

Un pitido atraviesa mi cabeza
Como una flecha
Mis ojos sangran
Mis oídos sangran
Mis labios sangran

Mi lecho está junto a mí
Sé que debo asesinar este día
Y aún acabo de vivir tanto
Tanto más que en las tantas horas precedentes
Si yazgo, todo explotará dentro de mí

También hay un mundo maravilloso
Cuando se cierren los ojos
Pueden ser praderas o bosques
O nubes y estrellas entre rayos de sol

Sé que acabo de encontrarme conmigo nuevamente
Y asesinar al día es despedirme de él por siempre
Sé que despertaré mañana pero no seré yo
Será alguien más que no se reconozca en sí mismo
Siguiendo una línea trazada por un Dios que no es él

Los animalitos más bellos y los mostruos más horrorosos
Me han cobijado en estos momentos tan míos
Temen que me vaya pero deben considerar que
Junto a ellos volveré una vez y por todas

Me despido de ellos
Mi boca amplia
Mis ojos pequeños

9 de mayo de 2010

Capacidades Diferentes

Hoy, han colisionado mis dos mundos.

El día de hoy me he dado muchos lujos que jamás me había permitido en tamaña forma y cantidad. No puedo precisar los hechos, sólo referírmeles con términos generales. Pero realmente he desempeñado el rol de un hijo de puta desconsiderado, el de perdedor incomprendido, y todo eso siendo sólo ejemplo del mundo externo.

He dado a mi ser lo que anhelaba, aún consciente de no poder asumirlo y apropiarlo en el tiempo; me he satisfecho y dado rienda suelta apoderándome del espacio todo.

He enfrentado a mi ser con lo que más le avergonzaba, he agachado la cabeza y dispuésto a rendirme ante el tiempo; me he aceptado como el lamentable y débil ser que soy.

Y cuando termina el día
Explota dentro mío toda una realidad

Vuelto a mi caverna, dejando a la metralla escarbar mi carne, me encuentro frente a frente con las raíces intelectuales de mi familia. Me enfrento a un factor, externo así es, que activó una maquinaria interna de tal manera que a la vez pude ser consciente de qué estaba ocurriendo y cómo.

Así es cómo me entiendo de dos formas
Acepto de mí toda la debilidad de mi cuerpo para hacer frente al mundo físico, a la densidad de las cosas
Y acepto de mí la capacidad de dominar el mundo ideal, ideológico, torbellino dentro del cual me encuentro. Porque ya es una realidad a mi consciencia, soy capaz de comprender y responder a partir de esa comprensión y obtener algo deseado. Puedo, en cierta medida (importante medida), hacer que las cosas se muestren como son a mí.

Puedo
No es más que una esperanza
Puedo también perfeccionar esas capacidades
Puedo
No es más que una esperanza
Pero ya tengo algo de mí por seguro
Puedo

2 de mayo de 2010

En-sueños

El tercer cuento hecho alguna vez por mí, sin demasiadas pretenciones. (no recuerdo si nació de alguna canción)

Todas las noches, esa melena roja se apoya en la almohada y esos ojos verdes se clavan en el techo de ese pequeño y acogedor dormitorio. Todos los días, esa cara delicadamente pecosa se fija en los mismos rostros que siempre transitan los pasillos de su colegio. Recientemente, ese delicado corazón palpita con inusitada voracidad.
Recientemente un chico se unió a su clase y pasa por su lado como si ella no existiera.
Todas las noches, desde entonces, sus verdes ojos apuntan al techo pero miran una realidad lejana. Un prado, cielo celeste, pasto verde y ese niño tan simpático caminando a su lado.
La fantasía se desarrolla como ella quiere pero, a medida que el sueño la va atrapando, la fantasía va cambiando. La realidad que esos ojos cristalinos miraban a través del concreto cielo raso se torna cada vez más posible, una oscura realidad como la oscuridad que la envuelve. Sus ojos, cada vez más brillantes por el líquido que se acumula, están mirando ahora como ese muchacho, que antes sujetaba apasionadamente su mano, se va alejando.
El rostro del niño se endurece. El celeste cielo se torna anaranjado, no como el ocaso, más como el infierno. Los ojos verdes de la niña derraman agua salada mientras tratan de enfocar los ojos rojos y malignos del, antes angelical, ahora demoníaco ser.
Luego de contemplar esta escena desde su dormitorio, empieza a sentir que esa realidad la envuelve. Está adentro y la presencia de ese demonio se siente en la piel. El pasto seco, el aire enrarecido. El joven, sin hacer contacto con la niña, la daña profundamente. El joven se retira incendiando todo a su alrededor. La niña respira con mayor dificultad a cada paso que se aleja el muchacho. Ella cree que está a punto de ahogarse, sus pulmones agarrados por una morsa. Finalmente, se tumba en el camino rocoso. Siente la dureza del suelo.
Despierta, las sábanas pegadas al cuerpo. Eso parecía completamente real, fue real. Había sentido el calor que le quemaba la piel, ¿O no?
Nuevamente apoya la cabellera roja sobre la almohada, intentaría dormir.
—Mejor no pensar —pensó.

1 de mayo de 2010

El Último Viaje

Otro cuento, mi segundo cuento, inspirado ahora en la canción "Encapuchados" de Bersuit Vergarabat


Termina una sangrienta guerra. No puede dejar ese cuerpo tirado, mucho menos después de todo lo que sacrificó ese sujeto por él. Decide llevarlo hasta el pueblo más cercano. Aún no tiene idea de que hacer con el cuerpo pero se siente en deuda ¿Cuánto queda por caminar?
Está arrastrando ese saco de carne medio apoyado en su espalda, empieza a oler mal pero eso sólo le recuerda a quien le debe la vida. El sobreviviente oye el ruido de agua fluyendo, una oportunidad de humedecer su garganta. El sonido aumenta pero el trecho que lo separa del arroyo parece ser eterno.
Para no sufrir la ansiedad, entretiene su mente recordando por cuanto pasó en estos últimos días. Hace una semana que acabó la guerra, él y su amigo eran los únicos que se salvaron. Hace cinco días, él es el único vivo.
Siente el agotamiento y el arroyo parece no asomar aunque el sonido del agua intenta limpiar su mente.
Hace cuatro días tuvo que huir de una manada de lobos. Cuando dejaron de perseguirles, sus piernas estaban como gelatinas. Ayer tuvo que rodar por una colina. No miraba hacia atrás, caminaba y caminaba. Algo le decía que faltaba poco para que el camino termine.
Los árboles se separan y se deja apreciar los destellos de luz que refleja el agua cristalina. Se dispone a tomarla apoyando el cuerpo de su amigo a un costado. Cuando sus dedos tocan el agua, siente que no tiene control sobre su cuerpo. Mira hacia un lado y ve que el muerto es arrastrado por la corriente. No aguanta más el peso de su propio cuerpo. Se deja caer y, sin saber por qué, sonríe.
Hasta aquí llegó, el camino terminó.

28 de abril de 2010

El Hombre del Lago

Primera versión, apenas pulida, del primer cuento que escribí inspirado por la canción "Seemann" (hombre del mar) de la banda Rammstein


Una vez, un hombre estaba caminando por un bosque cercano a su pueblo. Repentinamente vio que estaba perdido, entonces encontró un lago. Ya era de noche y la Luna iluminaba la apacible agua del lago.
El hombre casi completamente desesperanzado se sentó a la orilla para calmarse, cerró los ojos y respiro lenta y profundamente. Al abrir los ojos vio a una bella muchacha con un vestido blanco que, a la luz de la Luna, enceguecía.
Tardó, el joven, en darse cuenta de que esa repentina presencia estaba frente a él flotando sobre el agua. Pero, ¿Cómo concentrarse en detalles si esos ojos verdes, que parecían líquidos, lo tenían hipnotizado?
A la mañana siguiente, el joven encontró la salida del bosque pensando más en la aparición de la noche anterior que en dónde ponía los pies. Trató de recordar la ubicación del lago, volvería cada noche en que la luna brille en el oscuro cielo.
Así lo hizo, volviendo cada mañana. Al cabo de unas semanas, una mañana, no volvió. En el pueblo se lo buscó por meses, hasta que su desaparición se convirtió en leyenda.
Unos dicen que su cuerpo esta hundido en lo profundo del lago, nadie se atrevió a buscar allí. Otros dicen que su espíritu se quedo a cuidar del bosque. Mientras el lago se convirtió en un lugar de encuentro para jóvenes enamorados, ellos dicen haberlo visto abrazado a una hermosa jovencita con vestido blanco en medio del lago.

26 de abril de 2010

¿Por qué sangra la mente?

Soy un engendro de sexo masculino que aún no cumple dos décadas de vida. Cuando rondaba la primera, era pequeño como todo espécimen humano y tenía algunos amigos cuya presencia en mi vida no lograba entender, pero en aquel entonces entender no me importaba mucho.
Sí me sentía solo. Una breve asistencia al psicólogo... no sé en qué me ayudó. Pero pasados los años entré en una institución educativa distinta y, con el cambio, me propuse cambiar. Esta nueva institución que pretendía contenerme me exigía más de lo que mi voluntad era capaz de dar. Sin embargo, cumplí con lo que se esperaba de mí y sencillamente concluí esos estudios con éxito.
Hice amigos, amigos ante quienes me mostré tanto y cuanto mi conciencia de mí mismo me lo permitía, amigos a los cuales detalle la evolución que me iba ocurriendo tanto como era capaz de hacerlo. Sucesos determinados fueron filtrando esos amigos. Quedaban entonces los que no refrenaban mi evolución, los que me aceptaban como era. Y con mi nueva forma, aún no definitiva, conocí nuevos individuos a quienes no escondí lo peor de mí.
Estamos en el presente y mi registro familiar destaca disputas con mi papá, disgustos con mi mamá y el típico fastidio fraterno. También disiento en mucho con esos familiares ya más distantes, mis abuelos, mis tíos, mis primos; pero ellos no se fijan. En este presente, no trabajo y soy aún soportado por mi hogar familiar. Asisto a las clases de una carrera terciaria a pesar de mi poca voluntad estudiantil.

Soy egocéntrico, considero que todos mis pensamientos deben partir de mí, soy el origen de todo en mi vida y todo ocurre a mí en mi vida. No soy egoísta, soy capaz de actuar desinteresadamente siempre que el esfuerzo implicado no me signifique demasiado.
Soy yo e ignoro lo que eso significa. Me propongo progresivamente saber más a ese respecto. ¿Y por qué sangra la mente? Quizás por culpa de esa pretensión de abarcar al mundo, siendo éste tanto más grande que la propia mente.
¿Por qué sangro mi mente? Porque esa pretensión es propia de la construcción cerebral humana y humano es lo que soy.





PD: El significado de toda palabra, expresada en este texto, que cargue juicio de valores (como lo que es bueno, lo que es malo, lo que es desinteresado, etc) está sujeta a mis propios criterios. Antes de atender a aquellas palabras considérese la potencial complejidad de estos criterios.
PD2: No hablo tan así, hoy me di el lujo.

Más allá de la pared del desvelo

Los garabatos como llamas consumen las hojas en blanco. Las venas se ahorcan con cada frenético movimiento que persigue una idea como a fueg...