8 de marzo de 2014

Con mamá y papá

Mamá me abraza. No quiere que mire afuera pero ya miré una vez. Ella no sabe nada y me quiere cuidar, ya lo sé. No puedo olvidar lo que vi pero trato, trato de no decirle a mamá que los vi para no preocuparla. Ya están muy preocupados, ella y papá. Yo apoyo mi cara en el brazo de mamá para no tener los ojos abiertos porque me cuesta mantenerlos cerrados cuando estoy nervioso. Cuando mis ojos están cerrados es cuando más difícil es olvidar los hombres largos y doblados que andan afuera. Antes de verlos, solamente conocía el ruido de sus voces. Jamás los escuché hablar pero hacen algo gracioso con la garganta, como el bebé de la familia de en frente que estaba aprendiendo sus primeras palabras. Era una linda familia, venían seguido. Según papá era algo muy lindo y peligroso que vinieran a pesar de lo que pasó. Él creo que habla de esta manera para que yo no sepa, pero después de haber visto a los hombres de afuera no dejo de pensar que todo lo que dicen es sobre eso. Extraño a la familia de en frente, ese bebé era como un hermanito para mí, pero hace tiempo que no vienen. Igual no me gustaría que estén acá en este momento, porque los hombres de afuera empiezan a hacer mucho ruido, un ruido que nunca había escuchado. Mamá me tapa los oídos, a ella tampoco le gusta, pero me lastima porque no sabe que me está tapando con mucha fuerza los oídos. No le quiero decir nada porque sé que ella me quiere cuidar. Duele mucho. Siento algo mojado que se rompe. No, es el ruido de afuera, lo escucho igual, aunque mamá me lastime queriendo cuidarme. Me parece que no es la voz de esos hombres. Algo se rompió, algo duro se rompió. Tengo mucho miedo. No le puedo decir a mamá que tengo miedo, me va a apretar más fuerte si sabe. Ya no se escuchan ruidos afuera, solamente algo suave que se escucha cada vez más lejos. Mamá ya no me aprieta en sus brazos, sus brazos tiemblan. Su pecho tiembla, su pecho que siempre es tan cómodo no me deja apoyar la cabeza. No se queda quieta y me soltó. Tironeo de su ropa para que me agarre y no lo hace. Tiro aunque se rompa la ropa y no le importa. Ahora la escucho a ella ¿Qué hace con su voz? Está respirando raro. Levanto la cabeza molesto porque me deja solo. Tiene la cara mojada mamá. Pareciera que ladra cuando llora porque trata de no hacerlo. Suena gracioso, la cara se le está llenando de mocos. Cuando venga papá con la comida se va a reír de ella. Papá a veces sale a buscar comida, dice que cada vez es más difícil porque la comida que es rica se pudrió toda. Mamá sigue temblando. Tironeo de su brazo para que me ayude a mirar afuera cuando papá llegue. Nunca habíamos esperado tanto y me aburro. Estoy cansado.
-Mamá ¿y papá?
Ahora la voz de mamá también llora.

Más allá de la pared del desvelo

Los garabatos como llamas consumen las hojas en blanco. Las venas se ahorcan con cada frenético movimiento que persigue una idea como a fueg...