24 de julio de 2014

Hojas en blanco, cintas desbordando de estática
Grabo mi voz y me oigo decir
Digo que digo que me oigo decir
Así lleno las hojas en blanco y las vuelvo a mirar
Y son hojas en blanco porque eso adquirí
Y solamente son hojas en blanco
La tinta no se desprende de la bolilla
La birome no sangra sobre mis dedos
Mis pensamientos no tejen mis palabras
Mis palabras me arrastran por calles y me llevan a vos
A vos te voy a ver mañana y pasado
A vos te voy a ver un domingo por cada mes que pase
Y me vas a ver y no vas a ver que me ves pero ahí estoy
Y te voy a ver no verme y voy a saber que no estoy ahí para vos
Seguramente estará mi presencia esperando otra presencia
O quizás ese cuerpo espere impaciente subir al escenario
Donde un micrófono no grabará pero amplificará
Palabras vacías de contenido y repletas de carencia
Donde todos verán un cuerpo y dirán "¿quién tiró la cascara ahí?"
Sostendré papeles reales o virtuales y leeré
Pasearé mis ojos por letras que fueron teclas o reminiscencias
Papeles cuadriculados en escuelas técnicas
Papeles rayados en talleres literarios
Papeles nunca más apartado del mundo encerrado en mi cueva
Porque habito una cueva donde amaso la pasta y la fibra
Porque mi mente no está en un cuerpo sino en un galpón
Y lo abro cada tanto para ver que siga bombeando
Como los corazones bombean sangre
Mi cerebro bombea amor
Mi cerebro bombea envidia
Mi cerebro palpita con las obsesiones
Mi cerebro se retuerce en la ansiedad
Y una vez cada tanto demasiado frecuentemente
Me acerco demasiado e inyecto una dosis nueva de fantasías
Y las fantasías carcomen la materia gris
Y entonces convulsiona en morbosas formas que observo excitado
Entonces es que obedece la tinta y obedecen los bits
Entonces es que surgen las palabras
A costa de mente
A costa de musculatura y saliva
A costa de la carne y la comida no ingerida aún
A costa de ustedes que me oyen y de ustedes que me leen
Y la cascara desarrolla una cascara y se vuelven capas sobre capas
Capas carentes de núcleo, carentes de interior
Como las cebollas, más como las cebollas todavía
Los voy a señalar a ustedes con mis dedos de fibras retorcidas
Dentro unos cuantos huesos porosos también estarán apuntandoles
A ustedes
Y van a oírme
Y van a bancarse
A sabiendas o no
Que los estoy juzgando
Los premio con su condena
Porque tengo ese poder como nadie
Porque ese poder lo tienen todos
Pero yo sé y nadie más sabe
Todos temen y tienen vergüenza
Yo temo pero no tengo vergüenza
Yo hablo sin romance
Yo hablo sin florituras
Yo hablo con las vueltas de mi mente
Yo hablo sin los disfraces de las metáforas
Yo hablo metaforas que son aquí y son materia
Mi saliva es carne
Mi carne es sangre
Mi sangre es hueso
Mis huesos son caprichos
Por cada hueso hay un segundo perdido
Cada segundo que dedican a cada letra
Ahora lamento comunicarles que me han oído y leído
Ya no son distintos a mí

19 de julio de 2014

Sombras y sombras

Larga noche oscura
Llena de bombas y cuerpos caídos
La noche de todos los santos
La noche de las brujas y los muertos
Es cada noche

Las luces apagan
La música ensordece
La oscuridad camina por los cuerpos
Los rincones son los últimos refugios
Los últimos rastros de vida que agoniza

Los restos de vida se consumen
Los cuerpos se confunden
Dos niñitos chocan palmas
Una pareja se revuelca en la mugre que exuda
Un juego de canicas, dos negras, dos blancas


La noche se hace más oscura
Conforme pasan las horas
Solo hasta la irrupción abrupta del sol
Donde la noche es más profunda

Las luces se encienden
Las puertas se abren
La noche acabó
Esta mañana será otro día

2 de julio de 2014

Espíritu

   El ruido aumentaba. Mi alma habitualmente perturbada continuaba fiel a sí misma. En un rincón del ambiente, donde las luces no coinciden con los sonidos que no vibran la fibra, mi cuerpo lejos de mí observaba con actuada indiferencia. Imposible, comprobé, ser indiferente a lo que no se comprende. Y no lograba yo (¿quién más?) comprender la incidencia de los sonidos en esos cuerpos, el parpadeo discordante de luces en esas almas. Pero algo de cada cosa había en ellos que no podía yo observar también en mí. Sí aprecié, aunque seguidamente dispuse mis herramientas para negar, cómo los movimientos de los cuerpos afectaban mi deseo, cómo la respuesta a los estímulos ambientales (indiferentes estos a mí) la respuesta, decía, generaba una insoportable diferencia. Era magnética la atracción, no podía fijar mi atención en nada más, no podía desviar, apartar mi atención de esa respuesta, esa reacción inaudita, inadmisible. Luces opacas que mueren en medio del aire, golpes arrítmicos y frases retrógradas rascando las orejas como esquinas de toallas tejidas con mierda. Y aún los cuerpos se revuelven sobre sí mismos distendiendo los tejidos musculares y proyectando la piel, echando obscenamente el rostro hacia delante con cada rasgo a la vista. “Véanme, conjurando estas frases surgidas del núcleo de la bosta con el rostro iluminado por el placer de los seres de luz” Y mi alma observando, y mi cuerpo quedado en el tiempo. La que dicen música no está, la oscuridad es preferible a esta iluminación.
   De pronto lo logro, mi cuerpo y mi alma son uno al fin. No es la locura, aún identifico la humanidad circundante. Pero soy uno y uno solo y solo un par de ojos y mi columna… mi columna sensible a la presencia de un abismo y mis ojos atentos a la dirección que encuentran en el abismo. Observo, contemplo, aprecio, descubro, descubro lo que todos creíamos conocer, lo que creemos comprender en el sufrimiento, en el abandono, en la melancolía y la memoria. Ahí ante mi vista (¿cuál otra?) el vacío. Nunca algo tan revelador se presentó ni ante el Budha, ni ante el Cristo. Una revelación revolucionaria pero incapaz de revolucionar un mundo estructurado por palabras. Pude observar lo que nunca había visto las tantas veces que creía contemplar el vacío. No se crearon palabras para ello porque ello no es. Las palabras expresas son y esto era no, no era. Lo más aproximado y aún lejano es decir que en el vacío había Nada, mezclado con Ningún, con Nadie, y con Nunca. Ahí ante mí, no diré que estaba pero contemplé con una claridad cegadora.
   Volví pues a mi disociación, rara vez puede soportarse por largo la unidad. Poco uso podía dar al nuevo elemento integrado a mis partes. Una parte de la escencia de lo no-es tuve clara. Comprendí perfectamente por qué no estaba muerto. Ese vacío pronto querrá apropiarse de mis componentes, por el momento aún mis partes le son ajenas. Mi alma vaga extática por los derroteros de la fantasía y mi cuerpo inerte es arrastrado por la corriente de multitudinarios pasados. Pero no estoy muerto y aún seguiré así. No es menester la unidad de mis partes pero sí mi comando. Inevitablemente mi ser comprende en sus partes todas las características de una usina de consecuencias, es mi deber por tanto ser consciente de su fábrica y manufactura y ajustar las tuercas y cintas que causan un direccionamiento tan errático de unos productos respecto de otros.
   Así pues la vida se define como no-muerte, no-nada, no-nadie, no-nunca, negación del negar mismo. Y en ella soy innegablemente. Mi entorno no ha cambiado pues no fue creado por mí en un principio. Ni cambian ni se genera ni se destruye por mi mano pero mi mano está inevitablemente embebida en él. Ahora soy consecuente como no recuerdo

Fantastic!

Mis puños siempre tensos
Tu cuerpo siempre abierto
La espalda me miraba
El pecho se me hundía
Poder me dabas
Yo vergüenza arrastraba
Mi carne inflamada
Mi piel leprosa
Tus dedos me recorrían
Tus besos me convencían
Que yo podía ser seda
Pero yo “ya lo sé”
Era tu tacto, era tu mirada
Me hiciste de trapo
Mi piel fue seda por tu tacto
Querías que así fuera
Querías entregarte a un ser de luz
Pero te sedujo esto aquí
¿Una mentira? ¿Una falsa promesa?
O te entregabas misericordiosa
O la oscuridad cautivo algo de vos
¿Pero cómo permitirlo?
¿Cómo no ceder a ese juego de palabras andante?
Así yacían tus huesos
sobre mis brutos brazos
Te desarmabas sobre mí
Yo te amo pero no quería
Amé amarte pero no quería
Y sé que igualmente ocurrió
Lastimé tus alas plegadas
Siento el polvo en mis dedos
Yo sigo y seguiré con mi andar pesado
Mis ojos seguirán babeando fantasía
Con una red al hombro y un machete en mano
Degollando duendes y cazando hadas
Volviendo a casa con las manos vacías
A la cueva de las memorias corruptas
Al abrigo del recuerdo redentor
Me desvelaré cada noche con el resplandor
Del polvillo que en mis dedos quedó

La noche en que yo

Retumban las paredes
¿Hay alguien ahí?
Quién hace esos ruidos
Se arrastra del otro lado
Las paredes son de yeso
Mis dedos sobre el papel
Toda mi carne vibra
Mis dedos están quietos
¿Quién está del otro lado?
La puerta corrediza
se tuerce sobre su guía
Tuc, a un lado, tuk, al otro
Hay aire, hay viento
Alguna ventana abierta
¿Alguien entró?
Siento la vibración, el temblor
Son paredes que hablan
Anuncian una presencia
Temo que me tomen por sorpresa
¿No hay nada que pueda hacer?
Tirar el yeso a mazazos violentos
Pero la pared está impasible
La pared es indiferente a mi terror
No suenan las baldosas
pero oigo una respiración
Agitado respiro
No hay respiro
Agitado
Ansioso de dar caza
Ansiedad
¿Está quieto ahora?
No, aún suena, aún reverbera
¿Quién es? ¿Dónde está?
Mis palmas sobre la delgada pared
No siento nada en la piel
Sé que está ahí
tiene que estar ahí
Si no…
El aire es pesado
Se está acabando
Ya entiendo, no hay nadie afuera
Alguien se está bebiendo mi aire
Está conmigo, aquí
¿Para que me levanté?
¿Por qué estoy de pie?
No puedo moverme
La cama está tan lejos
Y yo a sus pies
El sonido me habla de polvo y tierra
de un contacto rasposo y vicioso
Me observa
Solamente puedo ver delante de mí
Mis ojos paralizados en la pared
Respiro a mayores intervalos
La cosa está pendiente de cada movimiento
Ignoro de qué se agarra
Ignoro cómo lo hace
Pero no está de pie
Pero está aquí
Está más cerca de mí
Todo yo me encojo
Aún de pie, mis brazos hundo en mi torso
Tengo frío, no siento mi propio calor
Sé que mueve su mandíbula, que tiene una
Sé que me ansía ¿sabrá que me tiene?
Lo sabe ¿entonces qué espera?
Ya no aguanto pero sigo paralizado
De pie respirando a intervalos
Largos intervalos insuficientes
Creo que no ve si junto mis manos
Siento mis palmas aún más frías
Están secas aunque las sentía húmedas
Se deslizan por mi abdomen, mi panza
los pelos rígidos de mi pecho
Cubro mi cuello con mis dedos
Tengo piedad de mi mismo
Me compadezco de mi destino pues ha llegado
¿Por qué se demora tanto?
¿Por qué saborea la victoria y no toma de una vez su trofeo?
Es solo tiempo para tenerme lástima
y sentir
mis propias caricias
en mi mentón, en mis mejillas
¡¡Otra vez retumban las paredes!!
Aprieto los dientes
no puedo despegar los brazos de mí
Parece que la cosa aquí presente gimiera
Ay si yo pudiera
pero mi garganta es puro calambre
Las puntas de mis dedos llegan a mis cienes
¿Qué es? ¿Qué siento?
Las paredes de yeso impasibles
Mis oídos perciben la reverberación
Una fanfarria, las campanas, la cena está lista
Pero
mis músculos se liberan
Pero
el ruido es más fuerte
el edificio colapsará
Caigo de rodillas, cubro mi cabeza
Siento la vibración en mí
Oigo el concreto del techo deshacerse en arena
El tiempo debe ser otro
Los cascotes caen lentos hacia mí
como las gotas que serán lluvia
El tiempo se extiende absurdamente
El ruido es insoportable
No puede rodearme así
¿Ya no es la criatura? ¿El mundo no se derrumba?
Mi cráneo cada vez más comprimido
Mi cuerpo se retuerce de angustia
Mis músculos impotentes se retuercen
Caigo de espaldas y mis ojos se abren
No hay nada a lo que escaparle
El techo en su lugar y todo se derrumba
La habitación vacía pero alguien aquí
Mi cuerpo nuevamente fláccido
Hay alguien aquí
Murmura junto a mi oído
desde dentro
¿Cómo me encontrarán mañana?
¿Para qué me arrastro de vuelta a la cama?
El mullido colchón no consuela
las convulsiones nerviosas de mi cuerpo
Hay alguien aquí que habla con odio
Hay alguien que habla con hambre y me desea
Mi mente no tiene fuga
No tengo otra cosa a la que desplazarme
No puedo esperar a nadie
nadie que me extraiga de mí
No tengo fuga

Arte de parecer

Para escribir este poema
tuve que leer mucha poesía
incluso atender las reminiscencias de mi vida

Para dedicarte este texto
fue necesario recordar lo vivido
y cada lugar visitado

Para crear estos versos
tuve que remitirme a otros planetas
en cuyo cielo como césped algo creciera

Para todo esto elucubraba yo
¿…cuál sería el efecto?

No atendía a mis lecturas
preocupado estuve por escribir
antes de que te fueras

Poco orden y ningún concierto
mientras se me ocurrían posibles versos
tenían mis recuerdos

¡Y cómo se parecería al pasto
algo que porfiaba crecer en el cielo!

Por eso decidí que no
y no escribí este poema

Más allá de la pared del desvelo

Los garabatos como llamas consumen las hojas en blanco. Las venas se ahorcan con cada frenético movimiento que persigue una idea como a fueg...