30 de enero de 2013

Leyes naturales

Mientras haya luz, habrá vida
Mientras haya movimiento, habrán cuerpos
Mientras haya sombras, habrán alimañas

La luz atravesará los cuerpos
La vida alimentará a las alimañas

Todo movimiento tiene réplica
El mundo no se guarda sus respuestas

Lo encontré en un papel tirado por ahí en el desorden de mi pieza
Qué lindo es encontrar cosas de esta manera, creo que lo quería seguir o darle mejor forma
Lo subo así, ya lo reescribiré

17 de enero de 2013

Uno es todo y Todo es uno

El universo no gira
El universo se retuerce y late
Las galaxias giran y se amenazan
Se eluden y arremeten
Los planetas se mantienen en sus orbitas
Sus astros los tienen a raya
Los gobiernos contienen a sus pueblos
Las multinacionales alimentan al polluelo de la próxima guerra
En cada ciudad se revolucionan algunos pensamientos
En cada ciudad se estancan algunos pensamientos
A cada persona le orbitan otras cuantas
Y orbitamos a cada persona

Yo quise y quiero
Pero el tiempo pasa y me retraso como el conejo
A veces adelanto experiencias y arruino sorpresas
Me anoté a tantas aventuras y en todas partí a destiempo
Los objetos más delicados de mis deseos han sido los sujetos
Un error los puede herir y otro puede traerlos a herirme
Doy razones o las sacan de algún lado
Pero siempre quedo mal parado
Perdón por la rima pero estaba servida
Es imposible intentar morir para los que hemos intentado vivir
La vida en sí no vale nada y ninguno es su poder
Son las huellas las que cobran vida y nos llaman
Con cadenas me llaman

6 de enero de 2013

Independencia

Volver a casa del trabajo es… supongo que el viaje en colectivo, el paseo por calles memorizadas pero siempre ajenas. Yo eso lo cuento más bien como parte del trabajo. Así pues, volver del trabajo es caminar una cuadrita hasta la puerta de chapa, meter la llave que todos tienen y entrar en este pasillo gastado y caminarlo. Siempre hay algo que caminar. El bondi nunca te va a dejar en la puerta de tu casa. Bueno, “tu” casa, así encomillado si no encontraste la forma de comprarla. Quizás sea demasiado pedir a un pibe que recién empieza a trabajar que sea dueño de su hogar. Sería demasiado pedir para cualquiera que me vea, tan simplón, manteniéndome desalineado a diario, siempre la misma ropa de hace diez años, el pelo sin ningún estilo, tan formal como informal. Cualquiera al verme dirá “y qué le vas a pedir” pero si supieran mi edad, solamente los viejos decrépitos sentirían el derecho a llamarme “pibe”.
¿Importa cuál es mi trabajo? Volver a casa es abrir esa puerta de chapa, que con una patada se abolla y con otra se viene abajo, y caminar ese pasillo sin techo. Las paredes con la poca pintura que les queda sucia, con el revoque caído. Es pasar frente a tres puertas, porque yo alquile al fondo, lejos del barullo de la calle. A parte de la mía, hay una sola puerta tal y como lo fue cuando levantaron estas paredes, ambas de una madera delgada y gastada, hinchada por la humedad. Las otras dos las cambiaron por puertas a elección de los inquilinos, habrán querido darle un toque personal, lo único que lograron fue que desentonaran del resto de la mugre del pasillo. Oí que el propietario se guarda las puertas para volver a ponerlas cuando se vayan estos inquilinos.
Volver a casa es abrir la puerta de chapa, cruzar el pasillo y oír el griterío de las familias. Creo que dos son matrimonios y otra son unos novios, llegaron hace poco una mañana, yo estaba en el laburo. Es cruzar ese barullo con el que yo no contaba al elegir la casa del fondo y abrir esa puerta que no se deja pintar por la humedad que chupó durante años. Es estar adentro y sacarme el buzo en invierno o prender el aire en verano. Abrir la heladera sin la esperanza de encontrar comida sino con la intensión de enterarme qué voy a comprar hoy en el almacén. Salir en remera, haga frío o calor, con suerte habrá pasado el horario de los escándalos familiares, caminar hasta la esquina y doblarla, hacer media cuadra y saludar al almacenero.
¿Cuáles son mis comidas? Me he hecho fideos, ravioles, milanesa, arroz, puré de papa y calabaza, hamburguesa de vez en cuando, es mejor al plato que en sanguche porque el pan engaña, te llena pero no comiste nada y después te agarra el hambre y no sabés qué servirte. Después la cuestión es rotar esos platos, o cruzarlos. Las salsas que vienen en sobres son muy prácticas y ayudan a dar la impresión de que varías el plato cuando lo que haces es cambiarle el sabor a las pastas de siempre. También elijo la forma de los fideos, porque tenés los que son moñitos, los que son tubitos, los que son tirabuzón. Visito a mi vieja de vez en cuando, y si había hecho puchero para agasajar a su novio, me guarda el caldo, ahí me hago una buena sopa que es un lujo.
Sí, la voy a visitar a veces a la vieja. No mucho desde que dejó al viejo porque no me gustó ni mierda eso. Yo también veía que era lo mejor, el viejo se estaba poniendo insoportable. Ahora se lo nota mejor a él también, y la verdad es que la vieja tenía su parte en el infierno que se había vuelto la casa. Se las arregló bastante bien cuando se fue de casa. Es todo mérito suyo, dejó una buena casa pero se acomodó bien. Ahora hasta está saliendo con un chabón un toque más joven que ella. Trato de visitarla cuando no está el flaco ese porque no me cabe ni un poco. Cuando está, no es tanto el chabón lo que me jode sino el comportamiento de mi vieja, la veo portarse como tendría que haberse portado con el viejo para evitar que todo se fuera a la mierda. Evidentemente lo que lo arruinó todo fue la costumbre. Es tan fuerte que la única solución es dejarlo todo y arrancar de nuevo. Y yo estoy ahí, lo sé.

Más allá de la pared del desvelo

Los garabatos como llamas consumen las hojas en blanco. Las venas se ahorcan con cada frenético movimiento que persigue una idea como a fueg...