28 de abril de 2010

El Hombre del Lago

Primera versión, apenas pulida, del primer cuento que escribí inspirado por la canción "Seemann" (hombre del mar) de la banda Rammstein


Una vez, un hombre estaba caminando por un bosque cercano a su pueblo. Repentinamente vio que estaba perdido, entonces encontró un lago. Ya era de noche y la Luna iluminaba la apacible agua del lago.
El hombre casi completamente desesperanzado se sentó a la orilla para calmarse, cerró los ojos y respiro lenta y profundamente. Al abrir los ojos vio a una bella muchacha con un vestido blanco que, a la luz de la Luna, enceguecía.
Tardó, el joven, en darse cuenta de que esa repentina presencia estaba frente a él flotando sobre el agua. Pero, ¿Cómo concentrarse en detalles si esos ojos verdes, que parecían líquidos, lo tenían hipnotizado?
A la mañana siguiente, el joven encontró la salida del bosque pensando más en la aparición de la noche anterior que en dónde ponía los pies. Trató de recordar la ubicación del lago, volvería cada noche en que la luna brille en el oscuro cielo.
Así lo hizo, volviendo cada mañana. Al cabo de unas semanas, una mañana, no volvió. En el pueblo se lo buscó por meses, hasta que su desaparición se convirtió en leyenda.
Unos dicen que su cuerpo esta hundido en lo profundo del lago, nadie se atrevió a buscar allí. Otros dicen que su espíritu se quedo a cuidar del bosque. Mientras el lago se convirtió en un lugar de encuentro para jóvenes enamorados, ellos dicen haberlo visto abrazado a una hermosa jovencita con vestido blanco en medio del lago.

26 de abril de 2010

¿Por qué sangra la mente?

Soy un engendro de sexo masculino que aún no cumple dos décadas de vida. Cuando rondaba la primera, era pequeño como todo espécimen humano y tenía algunos amigos cuya presencia en mi vida no lograba entender, pero en aquel entonces entender no me importaba mucho.
Sí me sentía solo. Una breve asistencia al psicólogo... no sé en qué me ayudó. Pero pasados los años entré en una institución educativa distinta y, con el cambio, me propuse cambiar. Esta nueva institución que pretendía contenerme me exigía más de lo que mi voluntad era capaz de dar. Sin embargo, cumplí con lo que se esperaba de mí y sencillamente concluí esos estudios con éxito.
Hice amigos, amigos ante quienes me mostré tanto y cuanto mi conciencia de mí mismo me lo permitía, amigos a los cuales detalle la evolución que me iba ocurriendo tanto como era capaz de hacerlo. Sucesos determinados fueron filtrando esos amigos. Quedaban entonces los que no refrenaban mi evolución, los que me aceptaban como era. Y con mi nueva forma, aún no definitiva, conocí nuevos individuos a quienes no escondí lo peor de mí.
Estamos en el presente y mi registro familiar destaca disputas con mi papá, disgustos con mi mamá y el típico fastidio fraterno. También disiento en mucho con esos familiares ya más distantes, mis abuelos, mis tíos, mis primos; pero ellos no se fijan. En este presente, no trabajo y soy aún soportado por mi hogar familiar. Asisto a las clases de una carrera terciaria a pesar de mi poca voluntad estudiantil.

Soy egocéntrico, considero que todos mis pensamientos deben partir de mí, soy el origen de todo en mi vida y todo ocurre a mí en mi vida. No soy egoísta, soy capaz de actuar desinteresadamente siempre que el esfuerzo implicado no me signifique demasiado.
Soy yo e ignoro lo que eso significa. Me propongo progresivamente saber más a ese respecto. ¿Y por qué sangra la mente? Quizás por culpa de esa pretensión de abarcar al mundo, siendo éste tanto más grande que la propia mente.
¿Por qué sangro mi mente? Porque esa pretensión es propia de la construcción cerebral humana y humano es lo que soy.





PD: El significado de toda palabra, expresada en este texto, que cargue juicio de valores (como lo que es bueno, lo que es malo, lo que es desinteresado, etc) está sujeta a mis propios criterios. Antes de atender a aquellas palabras considérese la potencial complejidad de estos criterios.
PD2: No hablo tan así, hoy me di el lujo.

Más allá de la pared del desvelo

Los garabatos como llamas consumen las hojas en blanco. Las venas se ahorcan con cada frenético movimiento que persigue una idea como a fueg...