29 de septiembre de 2013

Obsesión (no sos vos)

Hablo todo el tiempo
Hablo con vos
Con vos todo el tiempo
Todo hablo con vos
El tiempo con vos
Todo con vos
Hablo el tiempo

Siempre te deseé
Sos mi deseo
Sos mía
No sos mujer
Sos mía
Sos mi deseo mujer
En mí te deseo
El hombre que soy
La mujer que quiero

Fracaso y vuelvo a intentar
Fracasar y de vuelta intento
Me enfrasco y veo
Te veo y a vos
Te intento y me vuelvo a enfrascar
Fracasas y te enfrasco de vuelta

¿Qué tengo?
Me tengo
Tengo que tenerte
o no me tendré
Me tengo en vos
¿Qué te tengo?
Tengo que tenerme
Tengo que darme
A vos y a ver
¿Qué sos?

¿Dónde estás?
Donde esté estás
Fuera de mí
Ahí
Donde sea que esté
A un lado
Al lado
En todos lados
Donde sea
Todo con vos

Nevermore

Y soy tan cruel de engañarme y creer que estás dando todo de vos para mí cuando lo que yo recibo es lo que sobra de tu vida.
Tal vez tengas ánimos de contradecir mis palabras pero no existe en vos la convicción para decirme que no me das de comer sobras.

Sos la elegida.
Sos la elegida para entrar en mí y destruirme.
Dudo que se juegue algo de vos en tal empresa, no creo que corra riesgo tu integridad en lo más mínimo.
Estoy haciendo lo mismo que hice siempre.
Te estoy pidiendo que tengas el coraje que yo no tengo.

Paneo

Juliana
Yésica
Sofía
Natalia
Solange
Yamila
Lara
Aixa
Clara
Diana
Gisele
Isabela
Mariana
Camila
Agustina
Emilia
Romina
Y VOS OTRA VEZ Y LA PUTA MADRE QUE NO TE FUISTE DE MI VIDA Y YA VOLVISTE

A los nombres en negrita les dediqué textos, con ellos conjugué mi fantasía en palabras
Por los nombres en itálica fui capaz de ir hasta el fin del mundo, o sea, estuve dispuesto a todo
Tuve tiempos en que quise creer que había alguna magia en los nombres
En otras ocasiones quise descartar todo ese misticismo pelotudo
Ahora observo que nunca se repitió un nombre de valor

El factor común entre todas ellas es que soy un egoísta de mierda
Entiendo que no se diera nada cuando nada se daba
Entiendo que no funcionara lo que se daba cuando algo se daba

Soy perverso, soy forro, ya tengo claro lo que hago
Primero me fascino, admiro, soy devoto
Luego quiero invertir los lugares
Quiero fascinar a quien me fascinó
Quiero que me admire quien yo admiré
Quiero la devoción de quienes no me pidieron nada y yo quise darles todo

No puedo compararme con los lobos, no puedo compararme con los vampiros, no puedo compararme con ningún monstruo monstruoso.
Puedo compararme con esas babas pegajosas que son tu primer estorbo en cualquier juego de rol.
En el caso de los primeros nombres no debería ser tan cruel, yo era muy pequeño, yo era inocente, sí, alguna vez tuve inocencia.
¿Qué empezó a crecer en mí? ¿De qué se alimentó para que prevaleciera?
El caso es que ya soy un forro hecho y derecho, una mierda andante

Soy un hombre que no ama a las mujeres
Ya sé lo que quiero ahora
Quiero una mujer que no se ame
Así podré usarla y abusarla
No quiero hacerle eso a ninguna de las chicas de la lista
No quiero hacerle eso a ninguna de las amigas que tengo (porque sí tengo amigas)

Quiero publicar en el diario un clasificado: "se busca mujer para ser devorada"

Quiero dejar de creer que fracaso en el amor, yo no amo
Quiero tragarme la palabra "amo" cada vez que se me atora en la garganta porque es otra ocasión en que estoy al borde de mentirme

Vos ahora me estás leyendo
¿Por qué te quiero decir que te amo?
¿Tan cruel puedo ser de querer encadenarte con esas palabras?
Tengo miedo de que sí pueda ser tan cruel

Jeremías

¿Cuántas veces ya?
Las calles hinchan mis pies
Mi mente rompe los huesos
La gente me ve

No quise destacar
pero pedí compañía
Hablé en voz alta
y los aturdí
Ya nada conozco
conozco la soledad
Ya nada hago
rechazo a los demás

Mi mente se observa observarse
se juzga juzgar que se juzga
He sido mi única compañía
hace tiempo que me abandoné

No quise y no quiero
dar poder a las palabras
Pero mi cuerpo no tiene átomos
tiene letras
Mi nombre es Jeremías

Mis pies son de barro
Mis manos de papel
No pinto mi cara ni animo fiestas
Soy el que tiene que ser

Quiero sentirme el centro
y no paro de orbitar
me acerco de espaldas
y me alejo con lágrimas
Tengo los ojos secos
yo no sé llorar
pero no me pienso
resignar
No te quiero nombrar más por hoy
hacé lo que quieras con mi dolor

3- por dónde andan las moscas?

- ¡¿Cómo que tenemos que volver?! -grita Sebastián incapaz de procesar lo que ese hombre de acero les comunica.
- Ocurrió algo que no era mi intención en mi última visita -explica ese hombre-. Tal vez recuerden...
- No -interrumpe Damián incrédulo-, vos no podés ser... ¡Ese monstruo debía de medir veinte metros!
- Tal vez haga falta que me acompañen -concluye.
Todos se echaron hacia atrás, Rodrigo se levantó del suelo y se tambaleo buscando alejarse. Le protestaron, todos gritando sin orden ni concierto. Se les cruzaba por la cabeza la imagen de aquella inmensa silueta atrapada por un látigo en llamas. El mismo látigo estaba ahora enrollado en una de las manos de metal pero fue la mano libre la que se alzó. El movimiento no era acompañado por su cabeza sin ojos ni cuencas, la palma pasó frente a todos ellos que seguían trastabillando buscando huirle. Los muchachos querían darse la vuelta y huir pero temían quitarle la vista de encima al hombre que hacía esos movimientos suaves y firmes con la mano. Pero no hacía falta que se movieran más, la brusca mañana se apagaba desde detrás de ellos y solo se veía el hombre de metal recortado contra el sol naranja que avanzó un paso y se reunión con ellos entre las sombras.
El paisaje de campos descompuestos iluminados por el prematuro amanecer desapareció. Ya asumían estar perdidos, convencidos de que los había tragado la nada. Todo era negro alrededor, no había una luz y, sin embargo, podían verse entre sí. Sus ropas sucias y sus facciones tenían algún brillo opaco, o de alguna forma sus ojos se encontraban con total claridad. El cuerpo plateado se acercó y habló sin separar sus dientes como hacía, solo vibrando su estructura metálica.
- Bienvenidos. Pronto su vista se acostumbrará a la penumbra. No se asusten al ver los pensamientos. Son inofensivos a su materia.
Ninguno pudo entender de qué hablaba. Y siguió hablando, diciendo que a este lugar, al cual se refería como región, le llegaban los pensamientos y deseos de todas las personas del mundo. Entonces los ojos de los muchachos se afinaron y empezaron a ver cómo se formaban en medio del ambiente unos arcos que parecían llamas. Sintieron un cosquilleo bajo la piel y notaron algo en el cuero cabelludo. Vieron en los demás cómo se les erizaban los pelos. Pero eran las voces y las imágenes que se les presentaban en la mente las cosas que más les alarmaban. Les llegaban sensaciones de angustia por encima de cualquier otra y entonces pudieron comprender lo que el hombre de metal les decía: experimentaban los pensamientos de otra gente.

Se cancela la función
lamento al que haya disfrutado la lectura
Me dispongo a dar rienda a mi mente errática,
ya no hagas caso.

25 de septiembre de 2013

Fin eterno

Caminás a mi lado
Abrís la puerta
Entramos en tu hogar
Te sentás y esperás que hable
Hablo y no me entiendo
Hablo más y me entiendo menos
Me mirás y te recostás
Ya no me mirás
¿Me escuchás? ¿Yo sigo hablando?
No me oigo
Las palabras están en mi garganta
Aprietan, me atraganto
Estás recostada en el suelo
Me paro, mis pies a tus lados
Te odio
Te lo digo a los ojos "te odio"
"Odiame" respondés distante
Me inclino
"¡Te odio!" repito con fuerza
"Odiame" exclamás
Tus ojos llenos de lágrimas
En vez de pronunciarme, trago
Me atraganto
Una gota moja tu piel
"Vení y odiame"
Aprieto los dientes
Tiemblo
No puedo separarlos
"Vení y odiame"
Te imagino con gesto desafiante
No quiero verte llorando
Y decís una vez más
"¡Odiame! y basta"

22 de septiembre de 2013

2- Una Silueta que se arrastra en las Noches

...
- Ey, despertate, paparulo -dice Manuel zarandeando a Rodrigo.
- Uy boludo ¡no sabés lo que soñé! -las palabras de Rodrigo salen masticadas mientras se estira-. Soñé que me casaba con Sofía y ganaba la lotería.
- Cuánto me alegro, cuánto me alegro -responde Sebastián cruzado de brazos y dando la espalda a todos.
Por ahí cerca unas moscas se arremolinaban, habían llamado la atención de esos cuatro amigos pero poco podían hacer al respecto. Era fácil ignorar ese extraño comportamiento cuando lo más preocupante era el hambre. Llevaban semanas alejándose de la ciudad, caminando hacia el oeste. Rara vez encontraban comida y era cada vez más raro encontrarla en buen estado. Esa vez habían parado en una iglesia, Damián confiaba en la estructura edilicia del santuario y garantizaba que no podía pasarles nada. Los demás no estaban muy convencidos y dormían por turnos.
Sebastián miraba a través del hueco en que había habido hace mucho tiempo hermosas figuras de vidrios de colores. Los demás no entendían por qué se la daba de interesante mirando al exterior. En cualquier momento sería necesario emprender la marcha nuevamente y no habría otro paisaje que el deprimente exterior. Trataron de llamarlo para que fuera a comer las galletitas que habían encontrado pero no respondió. La nueva actitud de Sebastián hacía las cosas muy difíciles para los demás, que tampoco tenían muchas esperanzas de llegar a algún lugar por el camino que seguían.
Afuera, los campos se habían convertido en cuadriculas de un pasto descompuesto. Las rutas eran plateadas y el verde de los campos era nauseabundo. El agua de los ríos apestaba a óxido y la única compañía que encontraban eran los trinos de algunos pocos pájaros y las insoportables vueltas de algunos insectos. Las grandes ciudades habían quedado atrás, allá al este. No tenían muy en claro qué buscaban, qué los movía, pero tenían la sensación de que nada bueno podía salir de la desembocadura del río.
Rodrigo reparó en la extraña expresión de Manuel que no dejaba de observar el remolino que formaban las moscas y mosquitas. Mientras tanto, Damián daba vueltas junto a las paredes, dándoles golpes distraídos con la mirada perdida y una galletita en la otra mano. Manuel pidió que retomaran su andar y Damián le dijo que no, le faltaba dormir a él.
- No tenés sueño, vámonos a la mierda -le espeta Manuel.
- ¿Qué te pasa, por qué tanto apuro? -le responde Damián.
La mirada dura de Manuel reclamó la apropiada atención de Damián, después volvió a mirar los insectos y Damián entiendió así que estuviera preocupado. Se llevó la galletita a la boca y se encaminó al gigantesco umbral de entrada. Todos desfilaron, pisando las hojas del alto portón que yacían en el suelo. Sebastián se demoró viéndolos irse, echó un vistazo a los insectos y siguió los pasos de sus compañeros. No habían apuros en un mundo que se había quedado sin tiempo. Las mosquitas abrían su vuelo circular y las moscas desaparecieron en la densidad de una sombra más oscura que la noche.

18 de septiembre de 2013

1- La Respuesta a tantas Plegarias

En el bar de la esquina, se juntaron Manuel, Damián y Sebastián. Una mosca se acomodó en la lámpara que colgaba sobre sus cabezas. Se juntaron alrededor de las seis y vieron llegar a Rodrigo un rato después. La lluvia caía sobre la mugre de la puerta de vidrio. Rodrigo traía un papelito blanco entre sus dedos y lo miraba con pena. Detrás de la barra, un empleado buscaba hacer contacto visual con el recién llegado. "¡Mozo!" gritó Sebastián, pero a nadie molestó porque a esa hora eran los únicos en la esquina un lunes. Bueno, al pibe de atrás de la barra sí jodió un poco. Que le traigan un vaso más para el recién llegado.
- ¿Qué hacé', Rueda? -saluda el pibe mozo a Rodrigo, con una mano en su espalda y un beso en la mejilla.
Ninguna de las varias veces que Rodrigo abrió la boca, emitió sonido alguno.
- Mal ¿no ves que está mal? -responde Sebastián en su lugar.
El pibe mozo dejó el vaso adicional en la mesa con un golpecito seco. Al retraer la mano, de camino surtió un sopapo en la nuca a Sebastián. Manuel miraba a Sebastián recibir el golpe y la mosca que le pasó por delante de los lentes. Entre ambos hubo un intercambio de gestos que evaluaban el comportamiento de Sebastián. Damián miraba la mosca pasar y posarse en el marco de la ventana a una mesa de donde estaban. Rodrigo se sentó con pesar.
- ¿A cuál le jugaste? -pregunta Damián dirigiendo su mirada al Rueda.
Aun incapaz de hablar, hizo pasar el papelito entre los presentes. Todos se disponían a averiguar la respuesta cuando el viento sacudió con fuerza las ventanas. Primero Damián vio el 63, después Sebastián y Manuel lo vió habiéndose detenido a acomodar sus anteojos. La mosca remontó un vuelo espiralado hasta la mesa de los muchachos.
- Te dije que tenías que jugarle a la Desgracia -comenta Sebastián, ganándose ese gesto de levantar los hombros por toda respuesta.
- Si no salió la desgracia, salame -apunta Damián- ¿Y cuánto le jugaste? ¿Dos pesos?
- Para tener esa cara le habrá jugado cinco -corrige Sebastián- ¿Cuánto más le pudiste haber jugado?
Manuel levantaba los lentes con sus dedos para masajearse los ojos. Se mordía los labios a la vez que tiraba el boleto de lotería sobre la mesa. La mosca saltó del susto y volvió a posarse, ahora sobre el papel.
- Te voy a sacar la manía a cachetazos, boludo -masculla Manuel desde detrás de las manos que ahora le refriegan la cara.
- ¿Por qué? -dicen Sebastián y Damián, este último algo preocupado también toma el papelito- ¿Cuánto... ¡¿Cien pesos?!
Creyeron oír la voz de Rodrigo débilmente decir, sin sorprender a Manuel, las palabras: "Nacional y Provincia". Sebastián ya no se reía. Manuel ya no se cubría la cara, presionaba las cienes con la punta de sus dedos. La mosca estaba posada entre los pelos de Rodrigo sin que este se diera cuenta. Damián lo lamentaba por su amigo pues bien merecida tenía la cagada a pedo que se le avecinaba.

16 de septiembre de 2013

Having and giving and sharing and receiving

Cruel cruel el amor, vil tirano
Porque queremos compartir el amor que sentimos por otro y no podemos. Tampoco puede el otro compartir el amor que siente por nosotros. Por eso el amor explota dentro de nosotros. Explota como explota el núcleo del sol a cada instante.
La amo y quiero que me ame como yo a ella, pero nunca dos amores son iguales ni en las mejores o más estables parejas.
Lo que podamos compartir será lo que vivamos juntos, lo que hagamos juntos. Mates, películas, momentos en la plaza, cruces casuales, miradas, las voces que viajan de la boca de uno al oído del otro. Si pudiera entender esto, no me dolería que ella ame a otro.
Porque es el tiempo que ella disfruta conmigo, el tiempo que compartimos, lo verdaderamente valioso.

15 de septiembre de 2013

Uno y mismo

Es cruel ver el espejo y recordar
Recortar tu imagen y montarla en una foto vieja

¿Por qué no podía abrir la puerta?
Cierto que la llave no entraba
¿Era la llave correcta? Nunca lo supe

Es cruel ser un gastado celuloide
Repetir la misma película y preguntarse

¿Por qué no pude visitar estos lugares antes?
No había acceso
¿Que lucha peleé? Me quedé tirado todo este tiempo



Hoy sé quién soy más que nunca
Pero no sé qué estoy haciendo
No quiero dejar gente tirada en sus fantasías
Espero que tengan la fuerza que yo no tuve
No esperaré que me perdonen

Por nada del mundo me perdonen

9 de septiembre de 2013

Eterna opacidad de una mente atiborrada

Desesperadamente saboteé mi vida entera. Cargo culpas inexplicables, cargo culpas innombrables, cargo culpas que no sé dónde tirar. Fracasé una vez y saboteé mis paredes, ahora entiendo cómo son marcas de fuego en mis ojos. Quiero pintar mi pieza pero no. Quiero irme de acá, quiero irme lejos. Pero no quiero dejar la mujer que está acá. Pero se irá y la perderé por esperarla. Mientras me siguen pesando las cosas que no son cosas en mi pieza ni en la casa, son las cosas en mi cabeza y cómo pesan. No tengo forma de lavarme el cerebro, quitar todo de ahí dentro. Quiero lobotomizarme, quiero una lobotomía, quiero sacarme todo o mejor volver a nacer. Todos estaríamos encantados de volver a nacer, seguros de que haremos todo mejor. Sin embargo nuestros deseos se han formado en esos errores y no valdría lo que valoramos esa vida que deseamos. Es melancolía, la dulce tristeza que recurrimos, la pretensión de lo imposible, verdaderamente imposible. Quiero tener acá delante mío a todos los que han desfilado por mi vida, quiero obligarme a verlos y que sepan que son vistos. Quiero lograr superarlos y que lo sepan. Quiero lobotomizarlos, extirparles las neuronas en que estoy grabado. Quiero que no sea más eterno el resplandor de esta mente sin recuerdos. Quiero pulir la superficie de esta tábula y reescribirla, aunque implique la languidez y fragilidad de una tabla de piedra fina. Quiero ser frágil, no una bolsa de carne que sólo se magulla, quiero ser frágil y que el próximo golpe me parta y esparza mis trozos. No logro concentrarme en la vida, mi mente se dispersa en estos fracasos y malogros. No logro hacer foco y la vida sigue pasando y sigue blureándose. El mundo pasa a mi lado y lo veo pasar y no entiendo cómo estirar el brazo para asirlo todo. Pero lo entiendo al primer instante tarde. Por momentos tengo la claridad de lo que es hermoso pero se escapa de mi mente con más facilidad de la que llegó y da pronto lugar a los mismos venenos. En mi vida no he superado nada, sólo lo he dejado a un lado. A un lado espera para surgir de nuevo y sólo puedo confiar en que el movimiento me mantenga a salvo. Comienzo a dudar de estar realmente en movimiento y comienzo a sentir mi cuerpo pesado y lento y rígido. Pétreo. Sigo desvelándome, sigo consumiendo fuerzas inútiles. Sigo distrayéndome en ganas de hacer cosas inconsecuentes, olvidando la claridad de las cosas hermosas que fácilmente me mostrarían cómo realizarse. Pero nunca lo descubro, nunca lo sé, la facilidad de leer, la facilidad de aplicarme en una labor, la facilidad de prestar mis servicios y mantener orden para los demás, la facilidad de decir las palabras que los demás quieran escuchar, la facilidad de construir puntos de encuentro con las gentes que han pasado cerca mío y han querido que esta mente las recuerde. No existen mentes sin recuerdos, es una mente sin recuerdos la que se contamina con distracciones. Las ganas de coger han sido distracción, la paja ha sido distracción, los juegos han sido distracción, los videos han sido distracción, la música ha sido distracción. Ha sido distracción todo lo que ha sido concebido como inconsecuente, todo lo que ha tenido el carácter de ese momento en que ocurría ¿Cómo encontrar en cada elemento su potencial creador si me recuerda su inconsecuencia funcional a mi autodestrucción?

Quiero...

Que te estremezca el tacto de mis dedos
Que tu piel recorra mis yemas, cada lunar
Que me busques en tus párpados
Que me pidas que vuelva cada vez que me alejo
Que dibujes esa delgada curva en tu cara cuando me acerco
Que apoyes tu frente en mis cachetes
Que pienses que pienso en vos y te guste
Que ya no resistas la tentación de agarrar mis brazos y hacer que te rodeen
Que arruines los momentos monótonos con alguna estupidez
Que atiborres mis tímpanos con delirios vestidos de tu voz
Que cuentes con que seré tu apoyo siempre
Que me encuentres en todos los chicos que se te acerquen
Que no te quede alternativa que volver a mí

Que yo lo siento todo y no lo puedo evitar
Que temo perderte y algún día te perderé
Que las manos de otro te van a llevar y nunca más te voy a poder ver

6 de septiembre de 2013

El Amor a un Ángel

Dice que le gusta dormir. No dormir por no hacer nada, como una escapada al mundo activo, no, eso no le gusta. Dice que le gusta dormir acompañada. Será que le gusta el sueño colectivo. Sí, colectivo, debe ser eso de subirse al bondi de los sueños, el único en el que más gusta viajar parado que ser el único pasajero.

Otra

Soy dos, soy el que coje y asquea al melancólico de mierda, a ese romanticón pelotudo.
De mí no se deshace así nomás
Que se vaya a pelar cebollas a otra parte
Que se pegue un tiro en la cabeza pero que me deje las pelotas tranquilas
Yo lo tengo que extirpar a ese
A ver si me deja vivir tranquilo
No puedo andar mostrando su cara a cada mina que le pinte coger
Es asexual el muy forro
De golpe yo tengo que dejar de garchar
con la de minas que hay pidiendolo a gritos
porque el muy pelotudito quiere honrar a una mina
¡que ni pelota le da!
Es el colmo
Ya le voy a hacer un harakiri con la espadita que se compró

Una melancolía

Cómo pesa el corazón
pesan las tripas
Los huesos son absurdos
el cuerpo innecesario
inútil

5 de septiembre de 2013

Más allá de la pared del desvelo

Los garabatos como llamas consumen las hojas en blanco. Las venas se ahorcan con cada frenético movimiento que persigue una idea como a fueg...