24 de diciembre de 2010

La Tecnología permite una Película

ACTO I

Versos mágicos se abren entre nosotros
Recalca la distancia
Resalta nuestros colores
Yo negro, vos cromática

Yo contundente, vos filosa
Las garras de un minino
La espesura de un pelaje
Yo lobo, vos tigresa (naranja orgánica)


ACTO II

¿Quién hubiera predicho nuestra unión?
Todos, claramente, sin discreción
Indiscreción la nuestra
¿Igualmente ansiabamos lo mismo?
¡Qué sintonía!


ACTO III

Había deambulado actuando esa obra
Esa manga de escenas incongruentes
Fantasías en mi cabeza
Torbellino de colores enfermizos

Yo, director de mi propia tragedia
De tan trágica no era más que comedia
Comedia barata de moneda devaluada

No explicaba el homo_sapiens_sapiens_a
Tu súbita entrada en escena
Vestías una gorrita ladeada
Un cono enguantaba tu mano
Una canchera contorsión de músculos en tu cara


ACTO IV

Subiste al escenario
Cayó el empapelado
Igniciaron los cortinados
Me perdí el caos por culpa de tus ojos
Tus anteojos enmarcando tu belleza

Me abrazaste con mis brazos
Me prestaste tu torso para ese abrazo
Me refrescaste el espíritu polvoriento
Me amigaste con el poltergeist de mi cabezotea


ACTO V

Y te fuiste
El motor de un micro reverberó entre pastizales
Horas de pasto y asfalto pronunciaron versos mágicos
Un leve ajuste de señal, color digital
La tecnología permitiría una película

Yo soy negro
Todos los cromos
de tu luz absorbo
Vos siempre a mi lado

Hasta el hastío proyectaré esta película
Hasta el hastioso final de enero
El final en el principio, qué cíclico
Hasta que te desvistas esas prendas ultra-violetas
y se vaya el son-infra-rojo de tu piel

y yo te vuelva a ver

18 de diciembre de 2010

¿Dónde consigo Gafas Verdes?

Es un sueño, sepanlo antes que termine este relato, sepanlo cuando comienza. Sepan que caminabamos ajenos a nuestra realidad; hablo del sueño, claro. No habían razones de ser, sí habían razones de ser que no eran las que suelen ser ¿Por qué, por qué caminábamos, de dónde veníamos? Y a dónde vamos es una pregunta que no ha de plantearse, cuando lleguemos sabremos. Lo que tienen los sueños también es que nunca llegues.
Aquí no sé si llegamos a donde estuvieramos yendo pero sí nos paramos en un aparente medio de nuestro andar.  Me puse unas gafas verdes y no recuerdo haber visto todo color de verde, sino verme enmarcado en verde. Yo era para ella, me calzaba el verde para ella, con la apariencia la sujetaba, me la adueñaba. Ella estaba ahí para mí en el medio de todo.
Sobre la vereda, pues la calle es para los autos, pero olviden que hubieran autos porque no los hubo en ese sueño. No hubo estrépito alguno y apenas tal vez sonaron nuestras voces en las mentes del otro. Fue por esos momentos que me puse las gafas y puede que estuviera a punto de pronunciarme en palabras cuando...
...despertó. Ella despertó de su sueño. Yo aún no la soñé, será que no puedo dormir en su ausencia.

16 de diciembre de 2010

Retrato / Cuadro / Pintura

Da vueltas dentro de un salón cuyas paredes sostienen retratos de mentes. No está solo pero nadie está con él. El salón es amplio y todos conversan con alguno, de pie sobre artísticas cuadrículas. Pero las mentes aplastadas contra las paredes son, por lejos, más interesantes que esos burdos diseños en el suelo.
Él contempla esos cuadros, con algo de miedo, pero firme y orgulloso. Los cuadros tienen profundidad, profundidad que amenaza con engullirlo. Los cuadros, sólo algunos, tienen caras; y esas caras, si bien no directamente, tienen cuerpos. Siente él que pronto lo descuartizarán.
Pero se pasea orgulloso de todos modos. Nadie lo acompaña y nadie reconocerá que lo hayan absorbido las pinturas. Muchos de los allí presentes ni registran los cuadros, demasiado abocados a las charlas que sostienen. Quizás estos tantos eligieran ese espacio cargado de profundas magias para envolver sus conversaciones, para tener una iluminación que resalte las palabras. Pero este efecto se pierde en la ignorancia.
Él se pasea orgulloso de todos modos. Entre algunos pocos, él pasa, algunos pocos que se aglomeran a ver las pinturas con cuatro, seis, ocho ojos pseudo-críticos. En la compañía se resguardan de la amenaza de esas pinturas.
Algo ralentiza su paso que no pierde firmeza. Algo semejante a la piel de esos cuadros, corteza de esas mentes. En la distensión del tiempo, los cuadros se presentan a sus ojos más amplios, si era posible. Distingue los elementos que los componen, que no eran árboles en praderas, ni familias aristocráticas, sino tal vez almas.
Cada pie pisa fuerte, separándose en tiempo más que en espacio. Todos los presentes se desdibujan, quizás se hubieran retirado instantes antes y ahora el reconoce esas ausencias mediante la transfiguración de rostros y cuerpos. Ahora absorto en este nuevo cuadro parecen ya no existir aquellas amenazas enmarcadas. Las irreconocibles figuras ya no son presencias junto a él, sin embargo, se siente más acompañado. Este sentimiento difícilmente sea agradable ¿Qué ocurrió? Flamean esos seres a su alrededor, dirigiendo a él sus rostros sin gesto, o con todos los gestos amorfamente fundidos.
¿Qué ocurrió? Él ya no avanza pero continúan las traslaciones de todo. Una danza entorno a él, una danza de rojizas tonalidades. Tonalidades que recordarían atardeceres si no fuera por su intensidad. La intensidad propia de flamas, de ardores ¿Qué ocurrió? ¿Qué ocurre?

12 de diciembre de 2010

Estamos invitados a tomar el T

Serás una chica inocencia
preguntando absurdeces
por el placer que da
obligar al mundo a contestar

No seré un gato evanescente
por mucho que lo desee
porque me enloqueció
el polvillo de mi sobrero
...vieja herencia


En la espera te recibo
El té está listo
Será que te tenga a mi merced
o acaso me domine tu inocencia

Imponente potente inocencia
brillando como una medialuna
sobre tu cabeza
sonrisa sonora que me infecta
...la locura


Me siento pesadamente grande
¿Será la copa de mi sombrero
o la copa en mis manos
o un pastelito que me dieras a comer?

Todavía y sin remedio
pequeña niña me dominás
Tu sonrisa sabe de qué habla
y esos ojos contienen mundos
...en su mirada

Más allá de la pared del desvelo

Los garabatos como llamas consumen las hojas en blanco. Las venas se ahorcan con cada frenético movimiento que persigue una idea como a fueg...