18 de diciembre de 2010

¿Dónde consigo Gafas Verdes?

Es un sueño, sepanlo antes que termine este relato, sepanlo cuando comienza. Sepan que caminabamos ajenos a nuestra realidad; hablo del sueño, claro. No habían razones de ser, sí habían razones de ser que no eran las que suelen ser ¿Por qué, por qué caminábamos, de dónde veníamos? Y a dónde vamos es una pregunta que no ha de plantearse, cuando lleguemos sabremos. Lo que tienen los sueños también es que nunca llegues.
Aquí no sé si llegamos a donde estuvieramos yendo pero sí nos paramos en un aparente medio de nuestro andar.  Me puse unas gafas verdes y no recuerdo haber visto todo color de verde, sino verme enmarcado en verde. Yo era para ella, me calzaba el verde para ella, con la apariencia la sujetaba, me la adueñaba. Ella estaba ahí para mí en el medio de todo.
Sobre la vereda, pues la calle es para los autos, pero olviden que hubieran autos porque no los hubo en ese sueño. No hubo estrépito alguno y apenas tal vez sonaron nuestras voces en las mentes del otro. Fue por esos momentos que me puse las gafas y puede que estuviera a punto de pronunciarme en palabras cuando...
...despertó. Ella despertó de su sueño. Yo aún no la soñé, será que no puedo dormir en su ausencia.

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