24 de diciembre de 2014

Teatro de Sueños

Que no estoy despierto, no lo dudo
No creo para nada ser el sueño de una mariposa
No ocupa mis pensamientos la identidad del soñador

Pero estoy aquí entre tantos
Y el caos se empecina en organizarse

Inútil es distinguir vigilia de sueño
Incuestionable, la diferencia entre yo y los demás
Carezco de garantía para discriminar a unos de otros

La materia como bloques que perfilan esta realidad
El espíritu, la energía que perfila esta idealidad

Y acaso me preocupo aún por el bienestar de estos
Me intereso en discutir ideas con aquellos
Y acaso aún espero algo de cada uno

No me explico por qué actúo y prefiero distinto para con cada cual
Si no son más que el mismo fondo de este teatro de sueños

23 de octubre de 2014

Más allá de la pared del desvelo

Los garabatos como llamas consumen las hojas en blanco. Las venas se ahorcan con cada frenético movimiento que persigue una idea como a fuegos fatuos. Como fantasmas traviesos que desaparecen y ríen, los pensamientos pierden hilo. Él nunca supo dibujar y los garabatos se apilan en el lugar. No dispone de la habilidad para enmarcar el cuerpo del crimen que desangró ese charco de tinta. Necesita salvarse de la madrugada porque el sueño lo va a despertar. Dibuja trazando palabras de las que se cansaron todos de oírle pronunciar. De día su voz logra que le den vuelta la oreja y viren en otra dirección la atención. Y con razón. Él no entendió que sólo las hojas de clase tienen renglón y habla trazando la línea debajo de sus palabras. Su voz monocorde desvía la atención de su cara crispada, monstruosa cuando no reposa en el silencio de la escucha. Pero conoce esta situación de la vigilia y por eso busca a través de las madrugadas. Aunque aún se ata a su cuerpo y sus párpados lo hunden al sueño, él confía en que más allá del desvelo brillará la luz al otro lado del umbral y podrá cruzar a donde no le pesará el cuerpo y sus fantasías serán de su misma materia. Allí no hace falta dormir para flotar entre sueños.

20 de octubre de 2014

Her Body

Tengo que levantarme temprano. Mi cabeza despacio se llena de ideas, de memorias, de pensamientos. En dos horas debo estar en el negocio, listo para atender a la clientela. El viaje es de aproximadamente una hora, las variaciones dependen de las condiciones en que viaje, no todas las condiciones pueden ser previstas o controladas, lo único que puedo hacer para el mejor resultado posible es levantarme cuanto antes e ir a esperar el colectivo. Aunque el colectivo tarde media hora en llegar, cuarenta minutos, yo tengo que estar ahí en la parada ante la posibilidad de que llegue dentro de un minuto.
Todo lo que tengo que hacer y todo lo que espera ser hecho. El día será largo y monótono, repetido, siempre igual, siempre el mismo. Excepto por este despertar en esta cama ajena, el día será otro día cualquiera. Para juzgar al día de 24 horas no tengo en cuenta las horas de la madrugada. Las horas de la madrugada son la hermosa conclusión del día anterior. No puedo proyectar para hoy la misma conclusión pues necesito recuperar energías. Así que al día de hoy le corresponde el retorno a casa, mi dormitorio y mi sueño habitual, con el habitual despertar en mi pieza, entre mis viejos, tan distinto del despertar de hoy.
En algún lugar está mi viejo, expectante ante mi accionar. Sé que no me ve, ignora completamente la posición de mi cuerpo, que le bastaría abrir la puerta de mi pieza y encontrarme en mi cama para conocerla pero hoy no estoy ahí, hoy él está levantado desayunando y empezando el mismo día de siempre y preguntándose qué estoy haciendo yo, si llegaré tan tarde al trabajo como él imagina, si acaso estoy calculando los siguientes pasos necesarios para impulsar mi vida hacia un futuro próspero. Y nada de eso. O algo, una cosa, estoy preocupadísimo por no llegar más tarde de lo habitual al trabajo, a pesar de que esta mañana sea única, este despertar sea distinto y merezca, exija, toda mi atención.
La persona cuya cabeza roza mi pecho, liviana como una pluma, la persona que anoche estuvo mirándome con ojos penetrantes y astutos, la persona que trepó por mis músculos y se aferró a mis huesos y rodeo mi carne con su placer. En medio del torbellino de ideas, de memorias y de pensamientos, mis ojos se fijan en ella que no despierta y no quiere despertar, que duerme un sueño tranquilo y sin culpa, contenta, contentada, satisfecha. Mis ojos la ven y mi mente suma un pensamiento más, una idea más, una culpa más, un temor más, una responsabilidad más. Tengo que dejarla, no quiero dejarla, tengo que trabajar, no quiero trabajar, se molestará por mi tardanza, interrumpiré el placentero y natural sueño de esta criaturita.
Si todo pudiera ser más fácil, si algo frenara el tren de pensamientos, el torrente de ideas, me sentiría más ligero. Las paredes de mi mente no se cerrarían tan inexorablemente entorno a mí apagando la luz del día, el resplandor de esta mujer. Si tan solo ella despertara oportunamente y con el ánimo justo para insuflarme el ánimo que yo necesito para encarar este día igual a todos los demás. Si pudiera sentir amor sin sentir culpa, saber que tengo derecho a amar a esta mujer, no la obligación. La obligación es mi culpa, el incumplimiento es mi firma, ante la presión me retraigo y estoy ausente todo a lo largo de mi vida.
Mis ojos se pasean por el recinto, la oscuridad perfila perfectamente los objetos, las cortinas, las ropas tiradas, las puertas, la mesita, los libros. Mis ojos son como las manos de aquel que cae al precipicio. Mi brazo desnudo se enrosca contra la suave y fresca piel de su torso. Veo sus pechos, abrazo su cintura, siento si frente con mi mejilla. Ella se mueve, aún en sueños. La siento más cerca que nunca, la siento capaz de salvarme de mí mismo, veo su belleza sobrecogedora. Los colores apagados en la oscuridad, los contornos tan claros. Me remuevo en el colchón, me acomodo junto a ella, la tengo como la busqué, la busqué para escapar de todos esos pensamientos que me recibieron al despertar como fantasmas. Me debato, esa eterna lucha entre mis partes. El tiempo apremia, los minutos pasan despiadados, ella no despierta y mi cuerpo aún cree que estoy lejos en el sueño.

Todos debemos despertar, necesito el botón, la palanca, el pensamiento que sea el dedo que active el mecanismo, que saque de su balance la primera ficha del dominó. Un impulso eléctrico que me dé una primera percepción de mi propio cuerpo, para encontrarme a su lado y no sólo contemplarla. Para ver sus labios y sentir los míos. Para recordar su nombre y desear su voz invocando el mío. Otro impulso como quien prepara el látigo o da saltitos en su lugar antes de correr. Cuán violento es el cuerpo pero yo sé ser tierno. Y todo será suave cuando levante el otro lado de mi cuerpo, y lleve mi brazo libre para rodearla. Ya me dejo llevar y van cayendo las fichas del dominó. Entonces la beso y la despierto.

30 de septiembre de 2014

Carpe Diem

Eventualmente se nos presentan ocasiones, instantes, que pueden cambiar radicalmente el curso de nuestras vidas. Pueden y suelen ser pequeños destellos, guiños, señas de un comportamiento atípico. Son la clave, el pie para salirse del surco tan familiar y casi siempre vicioso/viciado de nuestras vidas.
Son eventos preparados (por nadie y para nadie/nada), son el resultado de la concatenación, de la constante interacción de todas y cada una de las cosas y sucesos que ocurren en todo momento y sin pausa.
Aprovechar esa oportunidad está en nosotros, depende exclusivamente de que estemos alerta, fijemos nuestra atención en esa clave, cacemos esa oportunidad en ese breve instante antes que pase para siempre (pase para siempre esa oportunidad distinta, y no única, de las que siempre es probable que ocurran)
Lamento decir que, así como estos eventos ocurren resultantes de la suma de vectores de todas las cosas, así también en nosotros está escrito si estaremos preparados para asir el momento. Esta escrito en nosotros, está programada nuestra respuesta a cada interacción, desde el momento en que al mundo llegamos y por un balance de fuerzas nuestra vista se fijó en un punto antes de sentir los brazos que nos arrastraban en el aire, escrito con cada evento de éxito o pérdida entre juguetes y grandes caras ilusionadas mirando desde arriba, escrito que nosotros escribiremos porque así se grabó a tinta, fuego y plasma cósmico.

No estamos condenados, las condenas son ilusorias. La culpa es una ilusión, el amor es ilusión. Nadie odia, solo nos acorazamos en nuestro temor. No hay daño real, solo la confirmación de que nuestras pretenciones eran infundadas.
Nunca nos terminaremos de desilusionar, simplemente construiremos una nueva ilusión. Es nuestro mecanismo evolutivo para sobrevivir y trascender la especie. No está mal solo porque no te parezca que esté bien. No está mal ni está bien, está, es, somos.

Somos parte causal de una gran maquinaria casual. La vida no depende de la conciencia del todo, no naciste en la conciencia del todo ni vas a morir accediendo al todo. La vida se sustenta a sí misma y se termina cuando se acaba la cuerda.

C'est la vie
La próxima acordate, los abrazos nunca están de más.











3 de agosto de 2014

Te vi

No te vi hasta que desapareciste
Te vi desaparecer
Supe tu nombre una vez
Hoy creo olvidarlo

En verdad lo sé
Solo que no acepto admitir
Que desapareciste
Y que quede sin saber

Si te fijaste en mí
Yo te vi
Lo sé, sé que así fue
Y no me arrepiento de hoy recordar

Como tu cuerpo estaba donde ya no está
Te vi
Y sé que no queda nada de vos
Mas lo que hay en mí

Una memoria difusa que no descifro
Si sentí amor o pura admiración
Pero estabas ahí
Y ahí donde estabas
Te vi

24 de julio de 2014

Hojas en blanco, cintas desbordando de estática
Grabo mi voz y me oigo decir
Digo que digo que me oigo decir
Así lleno las hojas en blanco y las vuelvo a mirar
Y son hojas en blanco porque eso adquirí
Y solamente son hojas en blanco
La tinta no se desprende de la bolilla
La birome no sangra sobre mis dedos
Mis pensamientos no tejen mis palabras
Mis palabras me arrastran por calles y me llevan a vos
A vos te voy a ver mañana y pasado
A vos te voy a ver un domingo por cada mes que pase
Y me vas a ver y no vas a ver que me ves pero ahí estoy
Y te voy a ver no verme y voy a saber que no estoy ahí para vos
Seguramente estará mi presencia esperando otra presencia
O quizás ese cuerpo espere impaciente subir al escenario
Donde un micrófono no grabará pero amplificará
Palabras vacías de contenido y repletas de carencia
Donde todos verán un cuerpo y dirán "¿quién tiró la cascara ahí?"
Sostendré papeles reales o virtuales y leeré
Pasearé mis ojos por letras que fueron teclas o reminiscencias
Papeles cuadriculados en escuelas técnicas
Papeles rayados en talleres literarios
Papeles nunca más apartado del mundo encerrado en mi cueva
Porque habito una cueva donde amaso la pasta y la fibra
Porque mi mente no está en un cuerpo sino en un galpón
Y lo abro cada tanto para ver que siga bombeando
Como los corazones bombean sangre
Mi cerebro bombea amor
Mi cerebro bombea envidia
Mi cerebro palpita con las obsesiones
Mi cerebro se retuerce en la ansiedad
Y una vez cada tanto demasiado frecuentemente
Me acerco demasiado e inyecto una dosis nueva de fantasías
Y las fantasías carcomen la materia gris
Y entonces convulsiona en morbosas formas que observo excitado
Entonces es que obedece la tinta y obedecen los bits
Entonces es que surgen las palabras
A costa de mente
A costa de musculatura y saliva
A costa de la carne y la comida no ingerida aún
A costa de ustedes que me oyen y de ustedes que me leen
Y la cascara desarrolla una cascara y se vuelven capas sobre capas
Capas carentes de núcleo, carentes de interior
Como las cebollas, más como las cebollas todavía
Los voy a señalar a ustedes con mis dedos de fibras retorcidas
Dentro unos cuantos huesos porosos también estarán apuntandoles
A ustedes
Y van a oírme
Y van a bancarse
A sabiendas o no
Que los estoy juzgando
Los premio con su condena
Porque tengo ese poder como nadie
Porque ese poder lo tienen todos
Pero yo sé y nadie más sabe
Todos temen y tienen vergüenza
Yo temo pero no tengo vergüenza
Yo hablo sin romance
Yo hablo sin florituras
Yo hablo con las vueltas de mi mente
Yo hablo sin los disfraces de las metáforas
Yo hablo metaforas que son aquí y son materia
Mi saliva es carne
Mi carne es sangre
Mi sangre es hueso
Mis huesos son caprichos
Por cada hueso hay un segundo perdido
Cada segundo que dedican a cada letra
Ahora lamento comunicarles que me han oído y leído
Ya no son distintos a mí

19 de julio de 2014

Sombras y sombras

Larga noche oscura
Llena de bombas y cuerpos caídos
La noche de todos los santos
La noche de las brujas y los muertos
Es cada noche

Las luces apagan
La música ensordece
La oscuridad camina por los cuerpos
Los rincones son los últimos refugios
Los últimos rastros de vida que agoniza

Los restos de vida se consumen
Los cuerpos se confunden
Dos niñitos chocan palmas
Una pareja se revuelca en la mugre que exuda
Un juego de canicas, dos negras, dos blancas


La noche se hace más oscura
Conforme pasan las horas
Solo hasta la irrupción abrupta del sol
Donde la noche es más profunda

Las luces se encienden
Las puertas se abren
La noche acabó
Esta mañana será otro día

2 de julio de 2014

Espíritu

   El ruido aumentaba. Mi alma habitualmente perturbada continuaba fiel a sí misma. En un rincón del ambiente, donde las luces no coinciden con los sonidos que no vibran la fibra, mi cuerpo lejos de mí observaba con actuada indiferencia. Imposible, comprobé, ser indiferente a lo que no se comprende. Y no lograba yo (¿quién más?) comprender la incidencia de los sonidos en esos cuerpos, el parpadeo discordante de luces en esas almas. Pero algo de cada cosa había en ellos que no podía yo observar también en mí. Sí aprecié, aunque seguidamente dispuse mis herramientas para negar, cómo los movimientos de los cuerpos afectaban mi deseo, cómo la respuesta a los estímulos ambientales (indiferentes estos a mí) la respuesta, decía, generaba una insoportable diferencia. Era magnética la atracción, no podía fijar mi atención en nada más, no podía desviar, apartar mi atención de esa respuesta, esa reacción inaudita, inadmisible. Luces opacas que mueren en medio del aire, golpes arrítmicos y frases retrógradas rascando las orejas como esquinas de toallas tejidas con mierda. Y aún los cuerpos se revuelven sobre sí mismos distendiendo los tejidos musculares y proyectando la piel, echando obscenamente el rostro hacia delante con cada rasgo a la vista. “Véanme, conjurando estas frases surgidas del núcleo de la bosta con el rostro iluminado por el placer de los seres de luz” Y mi alma observando, y mi cuerpo quedado en el tiempo. La que dicen música no está, la oscuridad es preferible a esta iluminación.
   De pronto lo logro, mi cuerpo y mi alma son uno al fin. No es la locura, aún identifico la humanidad circundante. Pero soy uno y uno solo y solo un par de ojos y mi columna… mi columna sensible a la presencia de un abismo y mis ojos atentos a la dirección que encuentran en el abismo. Observo, contemplo, aprecio, descubro, descubro lo que todos creíamos conocer, lo que creemos comprender en el sufrimiento, en el abandono, en la melancolía y la memoria. Ahí ante mi vista (¿cuál otra?) el vacío. Nunca algo tan revelador se presentó ni ante el Budha, ni ante el Cristo. Una revelación revolucionaria pero incapaz de revolucionar un mundo estructurado por palabras. Pude observar lo que nunca había visto las tantas veces que creía contemplar el vacío. No se crearon palabras para ello porque ello no es. Las palabras expresas son y esto era no, no era. Lo más aproximado y aún lejano es decir que en el vacío había Nada, mezclado con Ningún, con Nadie, y con Nunca. Ahí ante mí, no diré que estaba pero contemplé con una claridad cegadora.
   Volví pues a mi disociación, rara vez puede soportarse por largo la unidad. Poco uso podía dar al nuevo elemento integrado a mis partes. Una parte de la escencia de lo no-es tuve clara. Comprendí perfectamente por qué no estaba muerto. Ese vacío pronto querrá apropiarse de mis componentes, por el momento aún mis partes le son ajenas. Mi alma vaga extática por los derroteros de la fantasía y mi cuerpo inerte es arrastrado por la corriente de multitudinarios pasados. Pero no estoy muerto y aún seguiré así. No es menester la unidad de mis partes pero sí mi comando. Inevitablemente mi ser comprende en sus partes todas las características de una usina de consecuencias, es mi deber por tanto ser consciente de su fábrica y manufactura y ajustar las tuercas y cintas que causan un direccionamiento tan errático de unos productos respecto de otros.
   Así pues la vida se define como no-muerte, no-nada, no-nadie, no-nunca, negación del negar mismo. Y en ella soy innegablemente. Mi entorno no ha cambiado pues no fue creado por mí en un principio. Ni cambian ni se genera ni se destruye por mi mano pero mi mano está inevitablemente embebida en él. Ahora soy consecuente como no recuerdo

Fantastic!

Mis puños siempre tensos
Tu cuerpo siempre abierto
La espalda me miraba
El pecho se me hundía
Poder me dabas
Yo vergüenza arrastraba
Mi carne inflamada
Mi piel leprosa
Tus dedos me recorrían
Tus besos me convencían
Que yo podía ser seda
Pero yo “ya lo sé”
Era tu tacto, era tu mirada
Me hiciste de trapo
Mi piel fue seda por tu tacto
Querías que así fuera
Querías entregarte a un ser de luz
Pero te sedujo esto aquí
¿Una mentira? ¿Una falsa promesa?
O te entregabas misericordiosa
O la oscuridad cautivo algo de vos
¿Pero cómo permitirlo?
¿Cómo no ceder a ese juego de palabras andante?
Así yacían tus huesos
sobre mis brutos brazos
Te desarmabas sobre mí
Yo te amo pero no quería
Amé amarte pero no quería
Y sé que igualmente ocurrió
Lastimé tus alas plegadas
Siento el polvo en mis dedos
Yo sigo y seguiré con mi andar pesado
Mis ojos seguirán babeando fantasía
Con una red al hombro y un machete en mano
Degollando duendes y cazando hadas
Volviendo a casa con las manos vacías
A la cueva de las memorias corruptas
Al abrigo del recuerdo redentor
Me desvelaré cada noche con el resplandor
Del polvillo que en mis dedos quedó

La noche en que yo

Retumban las paredes
¿Hay alguien ahí?
Quién hace esos ruidos
Se arrastra del otro lado
Las paredes son de yeso
Mis dedos sobre el papel
Toda mi carne vibra
Mis dedos están quietos
¿Quién está del otro lado?
La puerta corrediza
se tuerce sobre su guía
Tuc, a un lado, tuk, al otro
Hay aire, hay viento
Alguna ventana abierta
¿Alguien entró?
Siento la vibración, el temblor
Son paredes que hablan
Anuncian una presencia
Temo que me tomen por sorpresa
¿No hay nada que pueda hacer?
Tirar el yeso a mazazos violentos
Pero la pared está impasible
La pared es indiferente a mi terror
No suenan las baldosas
pero oigo una respiración
Agitado respiro
No hay respiro
Agitado
Ansioso de dar caza
Ansiedad
¿Está quieto ahora?
No, aún suena, aún reverbera
¿Quién es? ¿Dónde está?
Mis palmas sobre la delgada pared
No siento nada en la piel
Sé que está ahí
tiene que estar ahí
Si no…
El aire es pesado
Se está acabando
Ya entiendo, no hay nadie afuera
Alguien se está bebiendo mi aire
Está conmigo, aquí
¿Para que me levanté?
¿Por qué estoy de pie?
No puedo moverme
La cama está tan lejos
Y yo a sus pies
El sonido me habla de polvo y tierra
de un contacto rasposo y vicioso
Me observa
Solamente puedo ver delante de mí
Mis ojos paralizados en la pared
Respiro a mayores intervalos
La cosa está pendiente de cada movimiento
Ignoro de qué se agarra
Ignoro cómo lo hace
Pero no está de pie
Pero está aquí
Está más cerca de mí
Todo yo me encojo
Aún de pie, mis brazos hundo en mi torso
Tengo frío, no siento mi propio calor
Sé que mueve su mandíbula, que tiene una
Sé que me ansía ¿sabrá que me tiene?
Lo sabe ¿entonces qué espera?
Ya no aguanto pero sigo paralizado
De pie respirando a intervalos
Largos intervalos insuficientes
Creo que no ve si junto mis manos
Siento mis palmas aún más frías
Están secas aunque las sentía húmedas
Se deslizan por mi abdomen, mi panza
los pelos rígidos de mi pecho
Cubro mi cuello con mis dedos
Tengo piedad de mi mismo
Me compadezco de mi destino pues ha llegado
¿Por qué se demora tanto?
¿Por qué saborea la victoria y no toma de una vez su trofeo?
Es solo tiempo para tenerme lástima
y sentir
mis propias caricias
en mi mentón, en mis mejillas
¡¡Otra vez retumban las paredes!!
Aprieto los dientes
no puedo despegar los brazos de mí
Parece que la cosa aquí presente gimiera
Ay si yo pudiera
pero mi garganta es puro calambre
Las puntas de mis dedos llegan a mis cienes
¿Qué es? ¿Qué siento?
Las paredes de yeso impasibles
Mis oídos perciben la reverberación
Una fanfarria, las campanas, la cena está lista
Pero
mis músculos se liberan
Pero
el ruido es más fuerte
el edificio colapsará
Caigo de rodillas, cubro mi cabeza
Siento la vibración en mí
Oigo el concreto del techo deshacerse en arena
El tiempo debe ser otro
Los cascotes caen lentos hacia mí
como las gotas que serán lluvia
El tiempo se extiende absurdamente
El ruido es insoportable
No puede rodearme así
¿Ya no es la criatura? ¿El mundo no se derrumba?
Mi cráneo cada vez más comprimido
Mi cuerpo se retuerce de angustia
Mis músculos impotentes se retuercen
Caigo de espaldas y mis ojos se abren
No hay nada a lo que escaparle
El techo en su lugar y todo se derrumba
La habitación vacía pero alguien aquí
Mi cuerpo nuevamente fláccido
Hay alguien aquí
Murmura junto a mi oído
desde dentro
¿Cómo me encontrarán mañana?
¿Para qué me arrastro de vuelta a la cama?
El mullido colchón no consuela
las convulsiones nerviosas de mi cuerpo
Hay alguien aquí que habla con odio
Hay alguien que habla con hambre y me desea
Mi mente no tiene fuga
No tengo otra cosa a la que desplazarme
No puedo esperar a nadie
nadie que me extraiga de mí
No tengo fuga

Arte de parecer

Para escribir este poema
tuve que leer mucha poesía
incluso atender las reminiscencias de mi vida

Para dedicarte este texto
fue necesario recordar lo vivido
y cada lugar visitado

Para crear estos versos
tuve que remitirme a otros planetas
en cuyo cielo como césped algo creciera

Para todo esto elucubraba yo
¿…cuál sería el efecto?

No atendía a mis lecturas
preocupado estuve por escribir
antes de que te fueras

Poco orden y ningún concierto
mientras se me ocurrían posibles versos
tenían mis recuerdos

¡Y cómo se parecería al pasto
algo que porfiaba crecer en el cielo!

Por eso decidí que no
y no escribí este poema

24 de junio de 2014

Romina

Me hacés una mueca
Todo perdió sentido
Hay una sonrisa en tu cara
No fuiste feliz
Todo perdió el sentido
Te recuerdo como no eras
Aún te recuerdo
Todo se perdió
Todavía te recuerdo
Qué bueno
Hay puntitos en tu ropa
La nena
Todo perdió sentido
Yo no te quise
Te amé
No quisiste mi amor
Yo quería otra cosa
No tenía sentido
Yo quería esa mueca
Yo quería sentido
Querías una sonrisa mía
Yo sonreía
No esa sonrisa, mi sonrisa
La verdad querías
Todo perdió sentido
No había ninguna verdad
No quería lo que era tuyo
No querías lo que era mío
Yo te tuve
Vos me mirabas
Te escondías
Te encontraba
Te perdía
sentido
Nada tiene sentido
Tu ausencia no tiene sentido
Me decías que yo no estaba
Te escuchaba y no te encontraba
La sonrisa
Dado vuelta
Tus dientes entre mi lengua
Tu piel encontrando la mía
Nunca fue suficiente
Faltaba sentido
Nos encontramos sin pasado
No encontramos futuro
Pero estábamos y éramos fantásticos

22 de junio de 2014

Paul

Paul mira fijo. Paul se sienta pacientemente y mirá un punto del espacio que parece intrigarlo de hace años. Su mujer pasa junto a él. No lo mira al pasar pero ya lo vio al entrar en la habitación. Él ya no le reclama atenciones, no hay nada que reclamarle, ella se porta de maravilla. El que se desubica constantemente es el hijo, ya está grande pero sigue sin entender a su padre. A Paul le encantaría demostrar a su hijo el respeto que siente al enterarse que viaja por todo el conurbano solamente para participar de eventos culturales. Nada lo detiene a su hijo. El eterno divague de Paul eventualmente lo trae a estas cuestiones donde no puede evitar admirar y envidiar a su hijo. El asiento desde el cual Paul estudia ese punto del espacio que parece intrigarlo desde hace años no es un asiento especial, es una simple silla de alto respaldo y muy buena madera de algarrobo.

3 de abril de 2014

Lado Oscuro de la Alquimia

Lobo wargo
Pequeño lobo
Lobo tuerto
Colmillo blanco
Perro compañero
Perro callejero
Vida de perro
Leal
Digno
Lobo
Lobezno
Niño
Lobo hombre
Lobizón
Hombre lobo
Garras de lobo
Garras de hombre
Cabellos o vellos
Melena hirsuta
Tiernas caricias
Áspera piel
Mirada profunda
Ojos pesados
Sonrisa honesta
Emisario
Recipiente
Tendido en el suelo
Recostado en tu cama
Paseando rincones mentales
Esperando
Paz activa
Acción pasiva
Cuatro patas
Dos pulgares
Dos colmillos
Una verga
Un cuello
Las marcas
Las memorias
La creatividad
El pecho
Los pechos
Esqueleto y huesos
Carne y sangre
Flujo y esperma
Cada poro
Cada vello
Cada cicatriz impalpable
Alma fuera de alcance
Paseos oscuros
Idas y regresos
Esfuerzo
Dolor
Fatiga
Entrega
Ida y vuelta
Sube y baja
Piedrecitas y encuadernados blandos
Tinta impresa
Mis brazos y tus piernas
Nuestras lenguas en los oídos
El sol en mí y la luna en vos
La luna en mí y el sol en vos

2 de abril de 2014

El Plomo

Es encantador caminar
Los edificios pasan de largo
El aire se arremolina
El mundo recuerda que estamos sobre él

Pero esto no trata de ustedes
Hablo de mí y el peso que cargo
que el mundo no siente
La mochila de piedras
La cruz de plomo

Está vivo el parásito
como si yo no lo estuviera
Inyecta un veneno como los mosquitos
con los dientes todo a lo largo de mi espina
Me paraliza y adormece con la duda
¿Estoy vivo? ¿Soy real?

Se alimenta de lo que fue
Y les comento algo sobre el presente
No es más que el pasado más reciente
Tarda un instante de reflexión en ser un recuerdo más
Se lo traga sin masticar

Ya te lo mostré
Noto el asco que te da
Veo tus ojos cerrarse con dolor, irritarse
Yo no lo veo a mis espaldas
Pero siento la culpa que vomita en mí
Es un plomo que no arrastran mis pies de carne
Es un peñasco de Sísifo que empujo

La gravedad
El peñasco me aplasta
Cierro los ojos y
El mundo es la constricción de ese peso
A veces te doy lástima y estirás tu mano
Ayudás a sostenerlo pero arde
O yo ardo
Es difícil

Y vos seguís acá
Te veo tan hermosa, única
A veces el peso me puede
y cierro los ojos
El esfuerzo es inmenso para abrirlos
Y estás acá

¿Cómo quedaste atrapada?
¿Una mosca pegada en un charco de miel?
¿Un meteoro embarrado en el polvo de la luna?
¿Un doctor atraído al epicentro del quilombo?

Sé que es la culpa
No puedo pedirte que me cures
No puedo ponerte en ese lugar
Sé que no es una enfermedad
Es la culpa y la culpa es ese pasado

Sé que jamás repitiré ese viejo lugar
Lo sé
He redundado en tantos
Y nunca en ese
Es viejo y reseco
Pero está preservado en la crosta de plomo
Y vive aún alimentándose de mí

Hay tantas inyecciones para ser insensible a él
Me puedo entumecer de muchas formas
Las conozco, las vi, las probé
No las quiero, no las acepto
Así que me vas a ver siempre así
Encorvado
Arrastrando los pies
Dudoso
Desconfiado
Arrepentido

Pero creéme que siempre estaré agradecido
Como ahora te agradezco tanto
(y a ustedes también)
Que me recuerden y me tengan cerca
Que me rodeen
Te amo así
Los quiero así
No cara a cara (Not face to face)
Sino codo con codo (But side by side forever more)
Andando juntos

8 de marzo de 2014

Con mamá y papá

Mamá me abraza. No quiere que mire afuera pero ya miré una vez. Ella no sabe nada y me quiere cuidar, ya lo sé. No puedo olvidar lo que vi pero trato, trato de no decirle a mamá que los vi para no preocuparla. Ya están muy preocupados, ella y papá. Yo apoyo mi cara en el brazo de mamá para no tener los ojos abiertos porque me cuesta mantenerlos cerrados cuando estoy nervioso. Cuando mis ojos están cerrados es cuando más difícil es olvidar los hombres largos y doblados que andan afuera. Antes de verlos, solamente conocía el ruido de sus voces. Jamás los escuché hablar pero hacen algo gracioso con la garganta, como el bebé de la familia de en frente que estaba aprendiendo sus primeras palabras. Era una linda familia, venían seguido. Según papá era algo muy lindo y peligroso que vinieran a pesar de lo que pasó. Él creo que habla de esta manera para que yo no sepa, pero después de haber visto a los hombres de afuera no dejo de pensar que todo lo que dicen es sobre eso. Extraño a la familia de en frente, ese bebé era como un hermanito para mí, pero hace tiempo que no vienen. Igual no me gustaría que estén acá en este momento, porque los hombres de afuera empiezan a hacer mucho ruido, un ruido que nunca había escuchado. Mamá me tapa los oídos, a ella tampoco le gusta, pero me lastima porque no sabe que me está tapando con mucha fuerza los oídos. No le quiero decir nada porque sé que ella me quiere cuidar. Duele mucho. Siento algo mojado que se rompe. No, es el ruido de afuera, lo escucho igual, aunque mamá me lastime queriendo cuidarme. Me parece que no es la voz de esos hombres. Algo se rompió, algo duro se rompió. Tengo mucho miedo. No le puedo decir a mamá que tengo miedo, me va a apretar más fuerte si sabe. Ya no se escuchan ruidos afuera, solamente algo suave que se escucha cada vez más lejos. Mamá ya no me aprieta en sus brazos, sus brazos tiemblan. Su pecho tiembla, su pecho que siempre es tan cómodo no me deja apoyar la cabeza. No se queda quieta y me soltó. Tironeo de su ropa para que me agarre y no lo hace. Tiro aunque se rompa la ropa y no le importa. Ahora la escucho a ella ¿Qué hace con su voz? Está respirando raro. Levanto la cabeza molesto porque me deja solo. Tiene la cara mojada mamá. Pareciera que ladra cuando llora porque trata de no hacerlo. Suena gracioso, la cara se le está llenando de mocos. Cuando venga papá con la comida se va a reír de ella. Papá a veces sale a buscar comida, dice que cada vez es más difícil porque la comida que es rica se pudrió toda. Mamá sigue temblando. Tironeo de su brazo para que me ayude a mirar afuera cuando papá llegue. Nunca habíamos esperado tanto y me aburro. Estoy cansado.
-Mamá ¿y papá?
Ahora la voz de mamá también llora.

Más allá de la pared del desvelo

Los garabatos como llamas consumen las hojas en blanco. Las venas se ahorcan con cada frenético movimiento que persigue una idea como a fueg...